Capitulo 4

189 11 0
                                    

Ya habíamos aterrizado, Gemma salió corriendo para el baño, y yo siempre quedándome con las maletas, tres maletas como si me estaba mudando y ese no era el problema, el problema era que  las tenia que llevar para el otro lado, cuando intento levantar las maletas me tropiezo con alguien.

—Coño —susurré.

Era un chamo, seguro francés, tenia los ojos grises, te penetraban el alma, el cabello amarillo. Nah mentira esas cosas no me pasan a mi, tenia pinta de cubano con el cabello negro y los ojos marrones, ordinarios como los mios y me dijo...

 —Hola, ve por donde caminas... ¡casi me llevas!

¡Ay no! ese acento horrible. 

Se quedó mirándome esperando una respuesta y preguntó...

—Ah ok, no sabes español, ¿hablas francés?

Coño, éste pana debe ser marico, me pregunta en español si hablo francés.

— No — le dije para que dejara la ladilla y se fuera.

Y se fue más rápido de lo que pensé, saqué la típica gorra de la bandera de Venezuela y me la puse. Luego Gemma sale del baño, gracias a Dios, le di las maletas no joda.

Abrí mi bolso y saqué el folleto que indicaba donde quedaba el hotel donde nos hospedaríamos, en el folleto de viaje decía que era un hotel arrechisimo, hermoso, mil estrellas, entonces uno alegraísimas porque ibamos a llegar a un hotel calida'.

Cuando llegamos no era nada igual a lo que salía en el folleto, esa verga parecía un rancho en petare, pero que más... Íbamos a pasar la noche ahí. Entré a bañarme mientras Gemma se pone a ordenar la ropa, ya eran las diez de la noche, estábamos muertas del sueño.

Al día siguiente nos despertamos de la verg, la mañana ya se había ido, no teníamos nada que hacer, pero... ¿Qué coño?, ¡Estábamos en París! 

Una Venezolana dans FranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora