Capítulo Seis

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Narra Jimin:

—¡MIN YOONGI! ¿¡QUE MIERDA ESTÁS HACIENDO!?— mis manos se dirigieron a mi sedosa cabellera rubia, tomo mis cabellos y les doy un leve jalón al ver como el pelinegro con su siniestro dedo índice, trataba de alzar un poco la falda de una joven que estaba mirando el área de cosméticos.

La chica se sobre saltó al escucharme y se dió cuenta de las sucias inteciones de Yoongi, funció el ceño y con su bolso de cuero le pegó en su cara, dejando que él pervertido se quejara por tal cosa.

—¡Y por eso es que sigues virgen señorita!— chilló Min a la chica mientras que su mano acariciaba su mejilla recién golpeada, la chica se fue y luego este se volteó a mirarme.

—¿¡Que te pasa perra en celo!?— se acercó a nuestro carro de compras y luego con una sonrisa ladina comenzó a insinuar.

—¿Acaso no soportaste que tu príncipe Min Yoongi  le metiera un dedo a una mujer?— mis mejillas se tornaron en un color rojo cálido, mis manos agarraron él carro con más fuerza y por fin mis palabras groseras salieron a la luz.

—¡Hijo de puta! ¿¡Como te atreverías a hacer eso en público!?— Él se encogió de hombros suspirando levemente.

—Yoongi...estamos en un super mercado ¡comportate Dios!— cualquier que pasara por nuestro lado podía decir que yo era el padre de un niño pequeño, molesto y algo depresivo.

Min se volteó con una mueca en sus labios, pues se había quitado el cubre bocas para arrojarmelo a el carro.

—Me aburres Jimin.— sus brazos se cruzaron y yo volteé mis ojos de forma aborrecida.

—¿Tu novio soporta este lado de abuelito tuyo? Porque si yo fuera él te dejaría por una mujer.— seguí el paso lento de Yoongi,  empujando el carrito con mis manos y mirando al rededor.

—Él no me dejaría por nada, de eso estoy seguro. Aunque tengamos una relación algo lejana...se que él me amará por siempre.— sacudí mi cabeza tiernamente al pensar que algún día Kook se atrevería a ser me infíel. Él es un chico demasiado orgulloso como para hacer ese tipo de fechorías, estoy seguro.

—No lo se Park.— Yoongi tomó un cereal bajo en precio, lo colocó en carrito de compras como todo un niño emocionado y luego me miró con una sonrisa.

—Imaginemos que Kook es un tipo de cereal y tu la típica leche. Digamos que todos los días él se moja en tu leche blanca y frequesita, pero, un día descubre que existe leches de todo tipo y él se topa con la leche de chocolate. ¿Crees que Kook no dejaría que la leche de chocolate se combinara con él?— alzó una ceja con algo de actitud y una sonrisa bastante enferma recorrió sus labios al ver como yo cubría mi boca levemente ante tal ejemplo. Tal vez este hijo de puta tenga razón, pero tampoco dejaría que ese hecho me atacase.

—¡P-pero si ni si quiera has conocido a Kook para decirme tal cosa!—chillé cruzando mis brazos de forma tierna tratando de ponerle esa estúpida excusa barrata.

Yoongi sin ninguna importancia encima me ignoró totalmente, caminando hacia otro pasillo lleno de detergentes y otras cosas para lavar la ropa. Con una mueca de disgusto por su ignorancia tan infantíl, le seguí con lentitud y pereza empujando el carrito de compras.

Tal como esperaba, Yoongi tenía que estar haciendo alguna estupidez de las suyas en ese pasillo. Me podría imaginar a él abriendo un detergente y derramandolo por todo el pasillo, hasta el idiota se atrevería a tragarse toda una botella de clorox sólo por verme la cara de preocupado. De verdad me imaginaba un infierno, pero lo que mis ojos pudieron encontrar fue algo más delicado de lo que esperaba.

—¡Alejate de mi hijo, pervertido!— Una mujer de cabellos cortos y tez tan pálida como Yoon estaba discutiendo con este.

Ambos estaban cerca de un carro de compras lleno de comida, un niño muy tierno sentado jugando con sus manitas e ignorando a los dos adultos molestos.

Me acerqué lentamente escuchando la discusión.

—¿¡Pero que hice ahora!? ¡Sólo quería quitarle esas sabritas, debería de enseñarle a compartir a su mocoso!— él movía sus manos mientras hacía un escandalo, la mujer no se quedaba atrás.

—¡Estabas molestando a mi hijo!– contestó furiosa, apretando su mandíbula con algo de fuerza, tal vez aguantaba las ganas de ahorcar a Min con sus propias manos y uñas rosadas.

—Yo...¡no hice nada!— Yoongi le dió la espalda y luego cruzó sus brasos como él idiota inmaduro que siempre era.

—Disculpe.— entré en la horrorífica escena de ambos con una sonrisa tranquila, estaba seguro de que con las palabras correctas podría calmar a tales bestías.

—¿Y quien se supone que eres tu? ¿El tutor de este degenerado?— la mujer alzó una ceja pensando que le estaban haciendo una broma.

—¡Jimin ve a pagar todo en la caja y esperame en el auto! Esto no es asunto tuyo, creeme.—  Yoongi parecía hablar de forma seria por primera vez. Lo único que sabía era que esta mujer lo terminaría madreando a lo desgraciado.

—JAJAJAJAJ NO MAMES ¿¡SON PAREJA!?- las palabras tan burlantes de la señora me dejaron pasmado, creo que me había metido en algo que en verdad no debía. ¿Como que pareja?

—¿Yoongi?—

—¿Si?—

-¿Acaso ella...?—

El hijo de puta me miraba con su nariz arrugada y yo sólo solte un leve gruñido para golpear mi frente con mi mano.

—¿Porque tienes que pelear con niños ajenos?— me quejé tomando nuestro carrito para alejarme de ese pasillo.

—¿¡Porque es mi culpa!? ¡Sólo quería las sabritas!—

—¿¡Porque es mi culpa!? ¡Sólo quería las sabritas!—

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He call me daddy (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora