Unum

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Abrí los ojos con pereza después de despertar.

Otra vez ese maldito sueño me atormentaba, o debería decir recuerdo, ya que eran mis últimos momentos de libertad frente al cuerpo de mis padres.

Hermosa manera de empezar el día, ¿no creen?.

-Jungkook, ¿ya estás despierto?- Unos ligeros golpes en la puerta de mi habitación me hicieron llevar la mirada hasta ese punto. Reconocería esa voz con los ojos cerrados, había vivido mas de diez años junto a él y nos habíamos apoyado en los momentos grises y en los negros. Se convirtió en un hermano para mi y un pilar fundamental de mi salud mental. Me acogió en sus brazos cuando apenas llegué a este lugar, completamente asustado, con la cara empapada de lágrimas y temblando como una frágil gacela. Me levantó paso a paso y me enseñó a ser fuerte y valiente. Lo que soy hoy se lo debo.

Definitivamente sin Seokjin estaría perdido.

Suspiré sonoramente y giré a ver el reloj en la mesa junto a la cama. Apenas las ocho de la mañana. Maldita sea levantarme temprano, esto debería ser ilegal.

-Sí, lastimosamente lo estoy. Pasa- Un segundo después, una cabellera rosa se asomó por la puerta para posteriormente entrar de lleno en la habitación.

-Hey, ¿como dormiste?- Preguntó cariñosamente mientras se acercaba a la cama, yo bufé con fastidio por su pregunta y le di esa mirada que perfectamente entendía.

-¿Otra vez estás soñando con eso?- Tomó asiento a mi lado y yo asentí sin muchas ganas. Jin me conocía demasiado bien.

-Ya sabes que va y viene- Susurré apenas como si pudiera desaparecerlo si no lo decía en voz alta.

-¿Desde cuando esta vez?- Su mirada se tornó preocupada sabiendo que durante esos episodios no dormía bien ni me encontraba de la mejor salud anímica.

-Un par de días pero ya se irá, no te preocupes. ¿Que le pasó a tu cabello? ¿No odiabas el rosa?- Cambié de tema drásticamente porque ya no quería seguir hablando mas de lo mismo, no tenia sentido. No hay solución para los recuerdos tormentosos.

-Lo hago, me queda horrible pero esta tarde tengo una cita con el japones y ya sabes que exige tenerme con el cabello de este color. Me lo pintaron hace una hora porque hay que complacer al cliente- Lo ultimo lo dijo con voz chistosa y haciendo burlas del lema. Esbocé una sonrisa divertida aunque sin muchas ganas y me imaginé el motivo por el que Jin vendría a despertarme a estas horas de la madrugada.

Clientes.

Ni mas ni menos.

-Cualquier color te queda perfecto porque eres hermoso, aceptalo- Rodó los ojos con fastidio restándole importancia al asunto.

-Como sea, el viejo te está solicitando, tiene un trabajo para ti- Levanté ligeramente los hombros dando a entender que me daba igual.

-No me sorprende, todos los días tiene trabajo para mi- Dije con la voz calma, sin mucha convicción. Jin suspiró esta vez con una expresión triste y acarició mi cabello.

-Kook... Eres de los favoritos, sabes que será así siempre pero mírale el lado bueno, mientras mas clientes tengas, mas rápido podrás pagar tu libertad- Me regaló una sonrisa cálida que me tranquilizaba el alma entera. Y aunque el hecho de trabajar me ponía tremendamente depresivo, su punto de vista me levantó el animo.

-Lo se, pero a veces es tan difícil seguir el ritmo- Mi voz era tan desolada por momentos que no parecía un ser vivo.

-Se que podrás soportarlo un poco mas, piensa en el futuro. El que imaginamos juntos- Acercó su rostro al mio y plantó un dulce beso sobre mi frente. Luego me miró nuevamente con amor y se levantó de la cama.

T-714 - Jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora