Quinque

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-Van a venderme...- Inmediatamente mi ceño se frunció con confusión. ¿Había escuchado bien? ¿Acaso realmente iban a vender a Jin?.

-¿Que? ¿Como que te van a vender? ¿Al imbécil del ruso?- Jin asintió quedamente aferrándose a su propio cuerpo si dejar de mirar el suelo.

De todas las malas ideas que pudo haber tenido el viejo, esta era la peor. Después de todos los malditos años de Jin siendo esclavo, no podía venderlo. Eso seria condenarlo de por vida porque con el ruso nunca seria libre, no había deuda que pagar con él, simplemente seria una adquisición hasta la muerte y en manos de ese hombre, la muerte llegaría mas temprano que tarde.

-No no no, esto no puede estar pasando, ¡tu tienes que salir de esta mierda de vida! El maldito viejo no puede hacerte esto- La ira que pocas veces sentía por el destino que me tocó vivir, estaba acumulándose dentro de mi y pensar con claridad se tornaba en todo un reto.

Estaba furioso y tremendamente asustado, temía por la vida del único ser que me ha dado una esperanza de continuar, el único que me ha amado tanto como yo lo he amado a él.

-Pero lo está haciendo y pronto voy a ser del ruso- El murmullo de Seokjin me causó escalofríos al imaginarme su vida tortuosa y llena de dolor al lado de ese ser tan despreciable.

-Maldición... ¿De cuanto es tu deuda?- Tal vez podría zafarse de este castigo si debía poco, tal vez tuviera tiempo de saldar la deuda antes de ser entregado. Tal vez existía una mínima posibilidad de salvarse de ese destino cruel.

-Ya sólo de un millón trescientos mil dólares- Cerré los ojos con pesar.

Mierda.

Para el precio que tenia Jin por cliente, aun tardaría cerca de un año en saldar esa cantidad y tiempo es lo que menos tenía ahora que planeaban venderlo. Era demasiada plata.

-Mierda... Mierda mierda. ¿De cuanto tiempo dispones? ¿Cuando planean entregarte?- Lo miré encogerse de hombros sin dejar de derramas lágrimas silenciosas.

-No lo se, el ruso saldría esta misma noche fuera del país y no dijo cuando regresaría, al menos no lo dijo en mi presencia. Sólo sé que apenas vuelva, tomará posesión de mi y nunca mas veré la luz del día- Me levanté con exasperación para caminar por el recibidor con un animo molesto y estresado a partes iguales. Y muy debajo de las capas de piel, inmensamente aterrado.

Instintivamente mis manos fueros a parar a mi cabello, peinándolo hacia atrás.

No puedo permitir que vendan a Jin, no a él. Entre todos, el que menos se merece esto es él y sin Jin, yo me muero. Juro que renuncio a mi vida si no está conmigo, si no está a mi lado la única razón para vivir.

Al menos si yo no era libre, debía verlo marcharse de esta esclavitud y esta tortura de años y si no salía de esa puerta siendo libre, entonces todo esto no habrá valido la pena.

-Eso no va a pasar, malditamente no va a pasar. Saldrás de este infierno y ese hijo de puta no podrá ponerte una mano encima nunca mas- Jin soltó una risa cargada de amargura y me dedicó una mirada sombría.

-¿Como? Explicame como diablos voy a salir de aquí antes de que el ruso regrese. Porque como yo lo veo, es imposible- Lo miré directo a los ojos antes de agacharme y tomar su rostro entre mis manos. Necesitaba transmitirle la tranquilidad y seguridad de que todo saldría bien, que pese a no ser los protagonistas de la historia, tendríamos un final feliz.

-Voy a encontrar la manera, Jin. Así tenga que vender mi alma al diablo para salvarte, te juro que no te dejaré en las manos de ese miserable- Y sí, decir esa frase, me hizo tener la mejor o quizás la peor idea que mi mente sin estudios, pudo procesar en medio de este panorama.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2020 ⏰

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