Cerré los ojos con fuerza negándome a emitir algún sonido de queja, por mucho que lo necesitara. Lo único que me permitía expresar para no morir de humillación eran mis sonoras respiraciones que delataban lo agitado que estaba.
La mano del maldito viejo se apretaba incómodamente en mi cuello atrayendome hacia él y cortándome la respiración por momentos, la otra presionaba la parte baja de mi espalda para mantenerme arqueado y con el culo erguido.
Las penetraciones se hacían cada vez mas fuertes y profundas y con ellas, el dolor y el asco venían de la mano a cubrirme lentamente hasta hacerme sentir un objeto mas que una persona. Tremendamente vacío. Sin motivos para vivir...
Mi pelvis se golpeaba una y otra vez contra el borde del escritorio que hacia vida en la oficina y podía sentir cada golpe dado por el cuerpo que me embestía con gula y rabia desde atrás. Y como siempre, eso que colgaba entre mis piernas, se mantenía impávido, sin ningún rastrojo de vida mas que el color.
-¿Lo sientes, 714? ¿Puedes sentir lo duro que me pones con ese perfecto culo?- Lo escuché sisear con esa voz repugnante y llena de lascivia pero no pude ni quise responder, sentía que si abría la boca, siquiera para gemir de dolor, vomitaría. El asco que experimentaba en este momento era magnánimo, no sabia como había logrado mantenerme aun en calma cuando en mi interior había toda una tormenta que amenazaba con destruirme en cualquier momento.
Cada vez que ese maldito asqueroso ponía su aberrante pene en mi interior, se hacia aún mas difícil sobrellevarlo. Tenia, a diferencia de todos los hombres que me usaban para saciar su enfermo sadismo, algo que me hacia perder la fe y las ganas de una vida mejor, me arrebataba el alma con cada intrusión e implantaba en mi interior, la necesidad incontrolable de morir, de llegar a casa y suicidarme, de acabar con todo.
Él era como un dementor, me convertía en nada, me destruía y asesinaba una y otra y otra vez.
Saber que fue la segunda persona en violarme cuando tenia apenas once años, en quitarme la inocencia y seguir forzándome y mancillandome a lo largo de años y años hasta convertirme en este chiste de hombre, no mejoraba en nada mi tolerancia con él ni con su repulsivo pene. Nunca mejoraría...
Y mi única opción era cerrar con fuerza los ojos, apretar los dientes, aferrarme al escritorio como si vida dependiera de ello y rogar al cielo o a quien estuviese escuchando, que acabara pronto esta tortura o moriría en medio del sexo. Prefería mil veces tener 20 clientes sádicos durante toda una noche a tener que acostarme unos minutos con el viejo.
Sentí un tirón fuerte en mi cabello acompañado de una sonora nalgada y los gemidos de ese monstruo se intensificaron. Su respiración se hizo mas acelerada y errática y supe que estaba por acabar este infierno personal.
La mano que reposaba ahora en mi cadera, se apretaba tan fuerte que podía desgarrarme un músculo. La otra soltó mi cabello y empujó en medio de mis omoplatos para hacerme quedar completamente recostado sobre el escritorio.
Sus piernas temblaban tanto que yo podía sentir tal temblor y sólo me daba asco saber que en pocos segundo derramaría su semen en mi interior, saber que chorrearia fuera de mi ano y se escurriría caliente y viscoso por sobre mis muslos.
Simplemente atroz...
-Si tu padre viviera, estoy seguro de que disfrutaría violando este culo tanto como yo- Apreté mi mandíbula ante la sola mención de mi progenitor, odiaba cuando decidía atormentarme con el recuerdo de mis fallecidos padres mientras me follaba como una zorra. ¿Que iba a saber él de ellos? ¿Que derecho tenia de hablar así de los que fueron la luz de mi existencia?
Lo mas triste de todo es que pese a odiarlo y querer golpear su horrible rostro hasta que mis manos se hicieran añicos, no podía hacer absolutamente nada para detenerlo de seguir usando esa arma contra mi. Él era el jefe, yo sólo uno de sus muñecos, así lo llevaba marcado en la planta del pié. Y desafiarlo sólo era estúpido, una sentencia de muerte en vida.
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T-714 - Jikook
FanfictionVi morir a mis padres por dinero. Fui vilmente vendido a una edad muy temprana. Mi vida acabó antes de comenzar. ¿Quien dice que el dolor alguna vez termina? *Lenguaje vulgar y escenas fuertes. Leer bajo su propia responsabilidad* NO ADAPTAR NI COPI...