🌸Klance One-Shots🌸 |Terminada|

✨Never✨

⚠️Warning Klangst History⚠️

Adivinen de quien es la idea;

Keith Kogane, era un hombre de estatura promedio; Repartía sonrisas cada día, gracias a su querida esposa, que para sus ojos, era la mujer más bella sobre la faz de la tierra.

Pero a los ojos envidiosos y poderosos, no les agradaba esa querida pareja, harían lo que fuera para separarlos y quedarse con la hermosa chica.

Y lamentablemente lo consiguieron. Golpearon y se llevaron al coreano muy lejos, en donde no pudiera regresar, ni ver a su amada otra vez.

Los años pasaron, y el caucásico seguía vagando por ahí. Necesitaba comida, así que pasó por una pequeña tienda, era rústica, pero bonita.

Cuando entró, una atractiva sonrisa lo atendió. Era un moreno; alto, delgado, pero fuerte;

-Hola, ¿En que puedo ayudarte?.- Preguntó el cubano, en un tono amable.

Keith, solo se limitó a señalar lo que quería. Al principio, al muchacho de tez morena, le costó entender...

-¿Quieres eso?.- Reía el chico del mostrador, por la extraño comportamiento del contrario.- Bueno, serían-

-No tengo dinero.- Interrumpió, frío el azabache

-¿Entonces como se supone que tu...?.- Suspiro el cubano.- Esta bien, llévatelo

-¿Enserio?

-Si, pero solo por esta vez

-Muchas gracias señor...

-Lance, solo dime Lance

-Gracias Lance.

Keith se retiró del lugar, necesitaba un trabajo, no podía pedir prestamos toda su vida.

Así que esa misma tarde, fue en busca de algo, que no fuera tan difícil.

Matar a alguien, por el encargo de otros, oficialmente, Keith, era un sicario. Debemos admitir que le iba muy bien en ese trabajo, la ira atrapada en su interior facilitaba mucho las cosas.

(...)

Al cabo de un par de meses, el coreano volvió a esa humilde tienda, esta vez, para pagar todo lo que debía.

Cuando Lance vio al muchacho de tez blanca, se sorprendió un poco. Pero sonrió al saber que todo fue devuelto;

-Oye...em...¿Tienes donde quedarte?.- Preguntó el cubano, con esa amabilidad de siempre.

-No.- Respondió indiferente el caucásico

-Puedes quedarte aquí, no serías un problema.- Sonrió el moreno.

-Muy bien...Keith.

-¿Keith?

-Me llamo Keith.

-¡Oh ya veo!, Pues tienes un lindo nombre.

(...)

Desde ese día ambos vivieron juntos, Keith salía en las noches por cuestiones de trabajo, y Lance atendía en sus tiendas por las mañanas. Hacían una buena pareja, eran como un dúo dinámico, se entendían muy bien y gozaban de la compañía del otro.