Capítulo 22

1.1K 88 12
                                    

POV Hipo
Al llegar a casa comence con mis tareas y espere un largo rato a que papá llamara.

Se suponía que hoy debía llegar de su viaje, aunque llegara a media noche, pero aún así no había recibido ninguna notificación de él en casi toda la semana; se podría decir que solo llamaba para cerciorarse de que seguía con vida.

Unas horas después de terminar lo que era del dia siguiente, me dirijí a mi cuarto a perder el tiempo hasta que me durmiera, pero mi telefóno sonó.

-¿Hola?¿Papá?-no podía creen la ansiedad y desesperación que podía notarse en mi voz, pero no fue papá quien respondió.

-¿Hipo?-preguntó con un tono de angustia.

-¿Bob?¿Qué pasa?

-Es Chimuelo...

Eso fue suficiente para que saliera corriendo de mi casa a la granja de Bob, casi sin pensarlo.

Creo que jamas había corrido tan rápido en mi vida.

Al llegar estaba sin aliento.

-¿Qué....pasa?-pregunte tratando de recobrar el aire.

-No sabemos-respondió Zoe-, solo.... mira.

Me llevaron hasta los establos más grandes, que era donde descansaban los animales enfermos. Hay estaban Bob, haciendo todo lo que podía para auudar, y Chimuelo.

Vi que mi caballo estaba debil; respiraba pesadamente y tenía la cabeza apoyada contra el suelo. Para terminar esta horrenda situación, a veces le daban fuertes sacudidas, como si alguien lo estuviera electrocutando.

-Chimuelo-dije con voz ahogada acercandome a mi amigo, que solo pudo relinchar debilmente.

Mire a Bob en busca de respuestas, pero parecía tan desconcertado como nosotros.

-Zoe y yo salimos por un rato y al regresar estaba así, no sebemos que pudo haber comido o que otra cosa habrá pasado.

-Y ya intentamos llamar a la veterinaria-dijo Zoe-,pero...

-Yo ire-interrumpí-¿Puedo montar a Bianca?

Zoe asintió y nos dirigimos rápidamente a los otros establos. Bianca eta la llegua de Zoe, ella había llegado casi que al mismo tiempo que Chimuelo y se había encariñado mucho con el otro.

-Hola preciosa-dijo Zoe acariciandola-. Necesito que ayudes a Hipo ¿Sí?-Bianca relimchó a modo de asentimiento-. Gracias nena.

-Cuiden de Chimuelo ¿Sí?-dije montando a Bianca-. Volveré tan rápido como pueda.

-Ten cuidado.

Por su mirada supe que no se referia a que tuviera cuidado al tomar la calle sobre un animal, le preocupaba que papá pudiera verme, aunque sinceramene esa era la última de mis preocupaciones.

Asentí y salí velozmente de la granja en dirección al pueblo.

Iba a ayudar a mi amigo a toda costa.

El NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora