Duelo

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                —¿¡Mi culpa!? —El grito de Mista retumba por las paredes de la tortuga, comenzando a hacer perder la paciencia al resto de la gang— ¡Fuiste tú el que decidió que romper la mediana y tirarse al lago era una buena idea!

—No tenía otra opción, Mista. De seguir por la carretera, hubiésemos muerto congelados —responde Giorno manteniendo la calma, pero con una expresión de molestia bastante clara decorando su rostro—. Tú sin embargo, te pusiste a disparar como un loco en vez de ir a por el CD cuando tuviste la oportunidad.

—¿Y dejar que el enemigo se recuperara? ¡Entonces sí que hubiésemos muerto congelados!

—Yo me hubiese hecho cargo con mi Golden Experience.

—¿Con tu stand? ¿Acaso sabe hacer algo más que curar a la gente o hacer crecer la hierba?

—Mi stand no cura —recalca Giorno dando un paso al frente, comenzando a perder la paciencia—. Y te recuerdo que sin él, habrías muerto.

—No lo habría hecho si no te hubieses tirado al lago —repite, cruzándose de brazos y con cierta ironía cantando en su tono.

—¡Basta ya! —La voz de Bruno despista de inmediato a los competidores—. Tenemos el CD y estamos todos vivos, todo ha salido bien.

—¡Pero Bruno...! —exclama Mista, claramente molesto.

El capo sin embargo, no está dispuesto a seguir escuchando.

—Si tantas ganas tenéis de pelear, muy bien. Está claro que no podremos estar al cien por cien si continuáis así, así que nos vamos.

Mirando al resto de compañeros, todos salen de la tortuga sin rechistar. Trish sin embargo, se queda mirando a Bruno, quien asiente con la cabeza aceptando que salga con el resto.

—Estaremos fuera unos quince minutos, lo que tardemos en buscar un servicio y comprar un par de cosas. Más vale que para cuando volvamos hayáis solucionado esta reyerta o tendré que ponerme serio.

Y sin dejar que ninguno de los dos proteste, Bruno sale de la tortuga y retira la llave impidiendo que ninguno huya de sus asuntos pendientes.

Dentro de la tortuga tan solo queda silencio. Mista se apoya en la nevera, mirando en dirección contraria al sofá en el que Giorno se sienta. Sin relojes, sin ruido y con el nudo en sus gargantas aun latente, pronto necesitan sin embargo, romper aquel silencio.

—¿Qué pretendías que hiciera? ¿Que dejase que Ghiaccio se recuperara? No podía arriesgarme a que te matara y que luego viniese a por mí. Aunque hubiese salido vencedor, Bucciarati no me lo hubiese perdonado.

Giorno recuerda entonces la acción egoísta que tomó a la hora de ir a buscar la llave de la tortuga junto a Abbaccio y Fugo. ¿Quizá Mista pensaba lo mismo que él y por eso no pudo dejarle a su suerte? No, el asunto con Ghiaccio era muy diferente: él podría haberse encargado de una manera o de otra de él; Mista no necesitaba arriesgar así su vida.

—Te repito que podría haberme encargado yo solo de él.

Giorno es incapaz de ver la buena intención tras las palabras de Mista y eso tan solo hace que el pistolero apriete los dientes y se de media vuelta, aun más cabreado que antes.

—¿¡Acaso insinúas que mi Sex Pistols no es tan poderoso como tu Golden Experience!? ¡Ya! ¡Ahora lo entiendo! No confiabas en mí y por eso me dijiste que me fuera. Es eso, ¿verdad?

[Fanfic] Giorno & Mista - Golden Pistols [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora