Dominios

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Perdón por haber tardado tanto en actualizar. La verdad es que entre la depresión del final y demás no sabía cómo continuar... He tratado de darle una trama además del shippeo, así que si funciona, puede que continúe un poco más.

Me he saltado la parte +18, pero si me la pedís, no me importa escribirla en un capítulo a parte~

¡Disfrutad!

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Un mes después de convertirse en el nuevo Boss y gracias a la ayuda de los contactos de Polnareff, Giorno puede compaginar su nuevo trabajo con sus estudios. Podría haberlos dejado; al fin y al cabo, ¿quién necesita estudiar teniendo a un grupo de mafiosos bajo tus órdenes? Pero sabiendo que esa decisión no le agradaría a Bucciaratti, decidió que lo mejor sería tratar de construirse otro futuro, lo cual no le vendría nada mal, puesto que a pesar de llevar tan solo un mes a la cabeza de Passione, ya es consciente de la cantidad de energía que conlleva estar al mando.

—Tenemos dos bajas más —informa Mista—. También se han ido a Trifoglio, así que ahora solo tenemos a unos quinientos treinta miembros.

—Y no solo eso, la gente está dejando de visitar las casas de apuestas y los hoteles que regentamos. Estamos perdiendo demasiado dinero —continúa Polnareff—. Hemos logrado captar las drogas que han intentado poner en circulación aquí, pero no sé cuánto tiempo más podremos mantener esta situación.

—En Roma ya son imparables —Giorno se inclina en su sofá, juntando las manos y colocándolas frente a su rostro—. ¿Cree que sería buena idea tratar de negociar con Trifoglio, señor Polnareff?

—Según la fundación, su banda ronda los dos mil miembros y se extiende por casi toda Italia. Aun dominamos Nápoles, pero están haciendo lo imposible para desviar a nuestros clientes hacia sus propiedades: no creo que quieran negociar con una banda en decadencia.

Las duras palabras de Polnareff hacen que el joven Giorno se recoloque en el sofá. Sí, abolió las drogas en sus territorios, pero la falta de confianza del resto de Passione ante su nuevo Boss, provocó bajas en masa que se reflejaron en una pérdida garrafal de clientes en todos los dominios. Después, y aunque varias bandas amenazan la existencia de Passione, Trifoglio se erigió como el nuevo grupo mafioso en auge. Y ahora su objetivo no es otro que hundir a Passione y quedarse con sus territorios.

—Aunque abolir la droga ha hecho que la gente común confíe más en nosotros, estamos expuestos a ataques de otros grupos. Todavía no ha habido ningún incidente, pero es cuestión de tiempo. Y cuando ocurra... no tardará en formarse una guerra perdida.

—Está bien. Necesitamos nuevos miembros e infundir confianza en los que ya tenemos, ¿no? Aumentar nuestras filas y recuperar nuestros dominios. Si logramos eso, podremos enfrascarnos en una guerra de territorios sin problema.

—¿Qué? Espera, ¿pretendes enfrentarte a Trifoglio? —pregunta Mista abriendo los ojos con gran sorpresa.

Kono Giorno Giovana yume ga aru. —Con su determinación de siempre, Giorno se levanta de su sofá y se dirige a la puerta—. Aboliré las drogas, no solo en Nápoles. Italia será un lugar limpio, un lugar seguro. Me aseguraré de ello.

Saliendo de la habitación, Polnareff y Mista se quedan anonadados en el sitio.

—Espera... ¿vas en serio? ¿Cómo demonios vas a...? ¡Giorno! —Saliendo detrás de él, al final Polnareff es el único que se queda atrás.

—Supongo que si alguien puede hacer realidad una locura tan extrema, debe ser ese muchacho. ¿No, Coco Jumbo?

—¡Giorno! —Alcanzándole, Mista comienza a caminar a su lado—. Venga ya, no pensarás hacer una locura así, ¿verdad?

—Es cierto que no puedo controlar todo lo que pase en Italia. Controlar solo lo que ocurre en Nápoles y parte de Venecia y Roma es ya bastante complicado... pero sí creo poder cambiar "las normas" y al menos evitar que las drogas se vendan a niños. Si lo he conseguido aquí, podré conseguirlo donde quiera. Pero para eso voy a necesitar tu ayuda. —Dándole la mano, Mista se sonroja, pero acepta el gesto.

—Claro que te ayudaré. Pero no me gustaría que te metieras de cabeza en un sitio sin salida.

—Meterme en un sitio sin salida... eso solo podría hacerlo contigo.

—¡Giorno! —Dándole un empujón con el hombro, el pistolero le suelta, avergonzado, mientras el aludido ríe ligeramente.

—No quiero meterme en una guerra con Trifoglio, pero no me quedará más remedio si no me lo ponen fácil. Más o menos podemos sobrellevarlo con la ayuda de la fundación Speedwagon, pero no quiero abusar de los contactos de Polnareff: me gustaría hacer los míos propios. Mis propias normas... mi propio grupo.

—Bueno. Estoy seguro de que podrás hacerlo. La gente aún no se hace a la idea de que Diavolo haya muerto y de que un chaval de quince años esté en cabeza de la organización, pero en cuanto vean tu potencial, se olvidarán de todo.

—Eso es lo que me apetece a mí: olvidarme de todo. Entre esto y los exámenes no sé ni cómo me levanto por las mañanas.

—Porque si no te levantaras, no podrías verme —responde, tratando de sonar juguetón.

—Si durmieras conmigo, no tendría que levantarme para eso.

—¡Giorno! ¿Siempre sabes qué responder para dejarme por debajo?

—¡Por debajo! Ahí también me gustaría dejarte.

—¡¡Giorno!! —Rojo por completo, ya no sabe ni cómo responder.

—Eso me recuerda... —Colocando los brazos tras su cuello, le obliga a acercarse un poco a él—, que no hemos tenido tiempo para hablar en privado.

—Ya, hablar. La última vez que "hablamos" en privado, casi me arrancas los pantalones.

—¿Hay algún problema con eso?

Sin responder, Mista tan solo pone una mirada molesta y avergonzada.

—¿No te quedarías conmigo esta noche? —susurra Giorno, apoyándose en la pared y tirando un poco más de su compañero.

—No... —responde, sin poner resistencia.

—¿Seguro?

—Se... seguro.

—¿Ni un ratito hasta que me duerma? —Acercándose cada vez más, sus labios casi se rozan.

—Ti... tienes mucho que hacer, no es momento para... —Dejando de hablar, se aleja de Giorno agarrando sus manos y obligándole a soltarle. El líder se deja apartar, aunque no comprende por qué hace lo que hace.

Agarrando aun sus manos, Mista mira hacia ambos lados del pasillo en el que se encuentran y cuando comprueba que están solos, empuja sus manos contra la pared, tomando por una vez el control y lanzándose a Giorno, arrebatándole el beso que parecía querer evitar.

Sorprendido, el rubio no opone resistencia, y aunque no esperaba que le privasen de sus manos, no le importa dejar que su compañero tome por una vez la iniciativa. Quién sabe, podría ser divertido.

—Si te levantas tarde y faltas a tu examen, no me eches la culpa —susurra Mista cuando decide separarse de él.

—Tranquilo, es a tercera —responde antes de adelantarse y, con sus dedos entrelazados, arrastrar a Mista a su habitación.

Por suerte al día siguiente, Giorno llegó a tiempo a cumplir con sus obligaciones como estudiante... por poco.

[Fanfic] Giorno & Mista - Golden Pistols [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora