12. LA NAVIDAD DE SUGA

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La mañana de navidad Suga despertó entusiasmado, no sabía el porqué, quizá era por como esa mujer le cuidaba. Él no lo sabía, solo sabía que estaba feliz. Se escuchaba a Nara corretear por toda la casa.

- Nala - susurró el pequeño tras su chupete desde la cuna.

El susurro fue suficiente para que la perra lo escuchase, y casi al instante estaba correteando por el cuarto del bebé. YoonGi reía viendo como se acerca e intentaba subir a la cuna, pero al no conseguirlo volvía a correr, y así infinidad de veces. Hasta que llegó YeongIn, y vio la escena. Se acercó al niño, que se había puesto de pie peluche en mano, y le cogió. Revisó el pañal del niño, y le cambió rápidamente.

- Nara, vamos al salón - dijo el mayor con el bebé en brazos.

La perra salió corriendo de la habitación, y el moreno la siguió. Suga se aferraba a YeongIn como si su vida dependiese de ello. Y el mayor acariciaba su cabello. Al llegar al salón YoonGi sonrió al ver tantos regalos bajo el árbol. Miró a la abuela, y preguntó:

- ¿Pala mi?

- Sí, amorcito, casi todos son para ti.

El niño dio palmitas, y fue dejado sobre la alfombra, donde Nara se acurrucó sobre sus piernas. El niño llenó de besos a la cocker, y ella se los devolvía. YeongIn se sentó a su lado y le dio un paquete enorme. YoonGi le miró, y el moreno sonrió.

- Ábrelo, Sugita.

El niño obedeció, y empezó a arrancar el papel de toy story, para ver lo que había. Era un correpasillos hecho a medida para él. El pequeño miró al mayor, y ladeo la cabeza.

- Ahora podrás empezar a caminar, bebé - respondió YeongIn.

El niño le abrazó, y la abuela le dio otro regalo, el cual no dudo en abrir, y se encontró con un puzzle de formas.


La mañana siguió abriendo sus regalos felizmente. Le habían comprado libros de colorear, juguetes de psicomotricidad, bloques de colores, peluches, patitos de goma, cuentos interactivos, un teléfono con sonidos, una toalla con capucha de Kumamon, un conjunto de pantalón y camiseta de Kumamon, mas ropita, y un montón de juguetes de bebé. Aunque lo que más le llamó la atención al niño fue la toalla de Kumamon. Después de desayunar el niño estuvo todo el rato con la toalla, jugaba con ella, veía la televisión con ella, se acurrucaba en ella.

A la hora de la comida fueron los primos y tíos de YeongIn a comer con ellos, cosa que al bebé no le gustó. Se puso celoso en cuanto la abuela se puso a jugar con los otros niños, pero poco duró, ya que los niños se pusieron a jugar con él. Annie, la mayor les contaba historias a los mas pequeños, Suga estaba fascinado por como los contaba, Jack la hacía preguntas todo el rato, Hyo abrazaba al rubio, y el bebé Chan reía y balbuceaba sin cesar. La mamá de Chan se acercó a revisar el pañal de su niño, pero también revisó el de YoonGi, y se los llevó a los dos para poder cambiarles. Cuando volvieron a bajar ya todos estaban sentados para comer, les dieron de comer, y los dejaron jugando en la alfombra, para poder verlos mientras comían.

En ese rato YoonGi se quedó pensando en lo que días antes YeongIn le dijo, era un bebé aunque lo hubiese estado negando. No sabía hacer nada por sí mismo ni cocinar, ni limpiar, no trabajaba. Fue entonces que decidió entregarse a ser el bebé perfecto. No caminaba ni hacia el intento siquiera de gatear, si quería algo balbuceaba, aunque sí decía alguna palabra suelta. Lo que más le gustaba de ser pequeño era la atención que recibía, y los mimos que se le daban. No tenía que preocuparse de si tenía que hacer la comida, o de si tenía que hacer esto o lo otro, pues todo lo hacían por él. Mientras daba vueltas en su cabeza de su nueva condición de bebé, se quedó dormido en la alfombra. YeongIn al verlo, le cogió y le llevó a la cuna, y le acostó. Le arropó, y acarició su cabeza.

- Cuando acabe contigo serás completamente dependiente, Sugita - susurró -. Serás un bebé sin siquiera tener que fingirlo, mi niño.

El rubio se movió, y el moreno sonrió, sabía que YoonGi caía poco a poco, y que dentro de poco no tendría un posible novio, sino un completo bebé. Apagó la luz y salió del cuarto.



Dos horas después se escuchó el llanto de Suga en la habitación. YeongIn subió rápido a por él. Le cambió el pañal, y bajó con los demás. Los niños fueron rápidos a jugar con él, Hyo le abrazó otra vez cuando estuvo sentado en el suelo. Jugaron, contaron cuentos, y la tarde pasó de forma mágica. Pues YoonGi fue sintiéndose a gusto por ser bebé. YeongIn observaba a su niño, y se quedó asombrado de ver que Suga no actuaba, sino que era él mismo.

A las 19.25 todos se habían ido, y era hora de duchar al niño. Mientras la abuela recogía el salón, el mayor se llevo al niño al baño. Llenó la bañera, y empezó a desnudar a YoonGi. Le metió en el agua, y le limpió con delicadeza, mientras el rubio jugaba con sus patitos de goma, y salpicaba todo. El moreno saco a Suga del agua, y se lo llevó envuelto en la toalla de Kumamon. Le dejó sobre el cambiador, y cogió un pijama blanco de nubes. Se acercó al pequeño, y empezó a secarle. Las dudas inundaban a YeongIn así que empezó a tocar al pequeño, acarició su pene, y lo movió de arriba abajo. Al no ver reacción por parte del menor que jugaba con sus patos, decidió meterse el pene en la boca, pero tampoco consiguió su cometido, y fue cuando supo que ya no era YoonGi, era Suga, y nadie podría sacarle de ese estado.

10.03.19

Call me Baby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora