Luego de gritar y maldecir en voz alta frente a todos en Seúl, comencé a guardar mis cosas de nuevo a donde pertenecían.
Recompuse la postura y opté por preguntar a todas las personas que se cruzaban si tenían conocimiento sobre algún hotel cercano y barato.
Inútil.
La gente pasaba de mí como si fuera una especie de alienígena o estuviese hablando en un idioma nunca antes visto por el hombre.
Entiendo que mis rasgos no eran precisamente asiáticos, pero vamos, ¡No voy a morderte! Era una bella dama en apuros.¡¿Nadie lee los libros de "...y vivieron felices por siempre" en estos días?!
Tomé mis cosas enfadada con el mundo en general y caminé recto ¿Hacia dónde me dirigía? No tenia ni la más mínima idea, pero a algún lado iba a llegar.
***
Y allí estaba yo.
Sola, perdida, sin móvil y con escaso dinero; arrastrando el pesado equipaje con todas sus fuerzas-que eran pocas- con cansancio.
-Jesús, dame un milagro...- dije mirando hacia el cielo con un puchero de niña de preescolar.
Al ver que no había respuesta, miré mis pies, haciendo que baje mi cabeza de manera abrupta y largue un lloriqueo bastante infantil.
***
Aunque me costó distinguirlo; ahí estaba...
¿Destino? supongo que lo es...
Frente a mi se encontraba el inolvidable trasero del muchacho delante de mí en la fila esta mañana.
Regresé mi mirada al vasto cielo celeste.
-No hablaba de ese tipo de milagro, señor- sonreí- pero gracias por el intento-.
***
Creí que iba a derretirme.
El Sol quemaba mi-ya demasiada a mi gusto- morena piel y odiaba eso.
Aunque mi ropa no era algo que me causara problemas; mis tacones blancos se negaban a ayudarme.
-Maldición- dije entre dientes mientras empujaba con fuerza mi equipaje- si la persona que inventó los tacos estuviera aquí. Podría jurar que le metería una bien dada que nunca olv...-
Una mano tomó mi hombro con tanta brutalidad que provocó un pequeño brinco en mi lugar.
Ya valí.
-Disculpe,-pronunció una voz ronca a mis espaldas, obligándome a voltear para ver su rostro.
Un hombre muy alto-de una cabeza más que yo y cuerpo ligeramente robusto- yacía frente a mi, con esos clichés trajes negros y lentes de sol, con un inexpresivo rostro que desafiaba a mis agallas.
-¿U-Usted es?-expresé con dificultad, odiándome por mostrar tal debilidad al tartamudear ¡¿Dónde están tus agallas, mujer?!
-Eso no importa- Balbuceó casi sobre mis palabras, como si me leyera la mente como un guion de película.
Lo miré entre la confusión, el pánico y la curiosidad.
-Necesito que me acompañe- dijo casi con desesperación.
Lo miré atónita.
¿Qué?
Pareció leerme de nuevo, y suspiró con enfado para luego abrir la boca y explicar la extraña situación en la que me encontraba.
-Mi jefe, el jefe de la compañía...-Mis ritmo cardíaco se aceleró-...necesita que usted va...-
No dejé que terminara, y con confianza y rapidez; solté las cosas que podían evitarme ir rápido; y salí a correr.
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Secret~BTS.
Romance-Tranquila Min Gi, eres valiente, podrás superarlo-me decía a mi misma mientras veía por la ventanilla del ruidoso avión en el que iba. Mientras más se alejaba de su hogar, más estaba segura de los secretos que debía dejar..Solo es un viaje de reenc...