Lo conveniente del trato

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Los toques en la puerta le indicaron enseguida que Ko deseaba entrar. Dio un suspiro apartando la vista del par de documentos que tenía que aprobar para que un par de miembros de la familia secundaria acudiesen o no a la academia ninja.

-Adelante—Contestó.

Enseguida apareció Ko por el semblante pudo descubrir que se hallaba desconcertado.

Hiashi no tenía ganas de lidiar con otro problema más pero sin duda tendría que hacerlo. Por un momento dejó que su preocupación vagara hacia el estado de su primogénita, ¿cómo sería su condición con el sobreviviente Uchiha? ...

-Naruto está de vuelta.

Hiashi paso saliva permitiéndose ver la ironía de la situación. Hinata sin dudas algunas debía estar a salvo con el Uchiha, aquel muchacho a pesar de no estar interesado en ella de ninguna manera era el único que podía mantenerla viva, y había aceptado hacerlo, si la sangre de los Uchihas corría en él realmente, su palabra era sagrada.

Se levantó con la habitual elegancia que lo caracterizaba para caminar hacia el joven ninja.

-Lamento, mucho esta interrupción—Intervino Ko realmente avergonzado, y antes de que se explicara Hiashi supo que el Uzumaki estaba montando otra escena más—Pero está luchando con la guardia para acceder.

-Vamos allá—Habló para tranquilizarlo, a pesar de ser evidente a dónde iba.

Los largos pasillos de la mansión le devolvieron ciertas escenas del pasado feliz junto a su esposa, ¿qué habría hecho ella en su situación? ¿Habría aprobado su decisión o apoyaría el suicidio de Hinata?

Conforme se acercaban a la entrada principal pudo escuchar el ajetreo e incluso sin poner empeño detectar el chakra de Naruto. Apenas cruzar la gran puerta de madera, vio a varios de sus hombres en el suelo derrotados, otros tres le hacían frente, era evidente que no quiso lastimarlos simplemente quitarlos de su camino. Naruto era un joven noble no podía negarlo, su clan también era fuerte, tenía buen linaje, pero él necesitaba mucho más que eso para proteger a Hinata, a su familia, a Konoha.

-¿Qué sucede?—Habló normalmente sin quitar la mirada del agitado muchacho.

-¿Dónde está Hinata?

-¿Por qué habría de concederte información respecto a ella?—Retó con calma.

-No está en la aldea, su chakra no está aquí—Le respondió el rubio, con evidente angustia.

Hiashi no le quitó la mirada de encima, notando la gran diferencia entre el cuarto y él, a pesar de haber heredado su apariencia, había heredado el carácter de Kushina.

Hiashi miró fijamente los ojos azules angustiados.

-Está de misión—Respondió finalmente.

-¿Y vas a creer que yo me tragaré eso?

-Lo hagas o no, no es mi problema muchacho. Pero tú has venido a atacarnos, no puedo dejar este acto de vandalismo sin ningún precedente. Te he dicho ya que no tendrás nada que ver con Hinata, tu actuar es injustificado. Ella tiene ahora un prometido que es quién debe velar por su bienestar.

Naruto calló el gruñido en su garganta, nunca había odiado a nadie, pero ver como aquel viejo se jactaba con sus palabras lo enfermaba.

-Hasta que Hinata no me lo diga, ella es...

Se calló porque no encontró las malditas palabras correctas.

-Hinata tiene una familia que le enseñó a honrarla y comportarse. He pasado por alto tu falta de objetividad ya que careces de quién te haya enseñado a comportarte en tus primeros años, pero ya no puedo seguir así. Estás buscando que el clan Hyuga repudie al Uzumaki.

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