Poison Kiss | Na Jaemin

s i e t e

"I like u."

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Jaemin pov.

- Soonnie. - Llamé a la puerta de su habitación, habían pasado exactamente tres horas desde que entró en ella. - ¿Estás lista?

Una radiante chica, con un cabello liso que terminaba en su cintura con finas ondas, con un lindo atuendo y con el rostro más perfecto del mundo apareció de repente por esa puerta.

- Al parecer sí lo estoy. - Sonrió tímidamente.

Hubo un silencio, para nada incómodo, sólo nos observábamos mutuamente.

- Estás hermosa. - Al fin tuve el tino de decirle algo. - ¿Vamos? - Estiré mi mano para que ella pudiera darme la suya.

- Vamos. - Y con una sonrisa en la cara y nuestras manos juntas, caminamos fuera de casa.

Primera parada: Comer.

Como ya lo he dicho, me encanta hacer feliz a Soonnie y la mejor manera de hacerlo es con comida; además se ve adorable comiendo.

En todo el camino reinó el silencio, pero nuestras manos siguieron juntas y las sonrisas de nuestras caras no desaparecían.

- Damas primero. - Abrí la puerta del restaurante con elegancia, haciéndome a un lado para que ella ingresara.

- Tú lo has dicho, damas primero Na, adelante. - Me hice el ofendido mientras ella reía por mi actuar. Coloqué ambas manos en mi cintura y caminé delante de ella.

- Na, si sigues moviendo tu trasero así te juro que me dará embolia. - Y justo después de decirlo, nalgada.

- No es justo, tú si puedes hacerlo, pero si yo siquiera lo intentara me quedaría sin dientes y con un ojo morado. - Crucé mis brazos e hice un puchero.

- Ni siquiera lo has intentado Na ¿qué dices? - La miré pícaro y ella frunció el ceño. - Ni lo intentes.

- Buenas tardes jóvenes ¿tienen reserva? - Se nos acercó un chico del personal.

Mierda, no hice reserva.

- No... ¿Pero no habrá otra forma? Digo, veo muchas mesas desocupadas.

- Lo siento, todas tienen reserva, no puedo hacer nada por ustedes.

No pensaba en moverme de ahí, ese era el lugar perfecto, lo tenía visto hace mucho tiempo, nadie podría arruinarme mi día.

- Por favor, danos una mesa, aunque sea al lado de los baños. - Junté mis manos en un gesto de súplica. Si hacía falta arrodillarme, lo haría.

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Finalmente cenamos, sí... En el estacionamiento de un McDonald's, porque tampoco habían mesas. ¿Es enserio? Todos han decidido ir a comer fuera de casa precisamente hoy.

- Nana, de verdad no debes preocuparte. Además, prefiero estar comiendo una hamburguesa contigo en un estacionamiento, a comer comida gourmet en una mesa cerca de los baños. - Me sonrió, de alguna u otra forma su gesto me dio tranquilidad, después de todo la cita no iba tan mal.

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Las calles de Seúl eran preciosas, pero más preciosa es mi Soonnie tropezando en ellas.