Querido A:
Hemos vuelto al trabajo, a la rutina y a la monotonia. Ahora te veo todos los días. ¿En serio te cuesta tanto tomar otro metro?
Hoy en el metro he notado tu mirada, como si pesara sobre mis hombros. Te ves algo cambiado, como si la vida te hubiera hecho daño.
Me haz preguntado si nos habiamos visto antes, pero era mi parada, así que simplemente me he marchado. Creo que lo siento, no estoy segura.
