Epílogo

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El sol comenzaba a penderse en el horizonte, los tonos bermellones manchaban el cielo aun claro. Las tardes de septiembre seguían igual de cálidas como ambos adultos recordaban, Charles sonrió al sentir los brazos de su amado abrazando su cintura. Luego de unas agradables semanas en el viejo continente de vacaciones junto a su familia, tanto Charles como Erik estaban agradecidos de nuevamente estar en su hogar.

Los hijos del feliz matrimonio ya eran adolescentes, incluyendo su hija adoptiva, Lorna. Que con tan solo 15 años ya llevaba el cabello verde como una forma de revelarse contra el mundo.

Si para algunos era difícil cargar con un hijo adolescente, imagínense con cuatro. Pues David ya bordeaba la mayoría de edad y los gemelos estaban prontos a cumplir los diecisiete. Charles y Erik consideraban que la tarea de ser padres era la más difícil, pero creían que lo habían hecho bien.

Los adolescentes se reunieron en la sala luego de desempacar y ordenar sus pertenencias pulcramente, algo que hacía sentir a Erik muy orgulloso. Al igual que sus padres extrañaban su hogar.

Pietro se desparramó en el mueble con un emparedado en la mano. Wanda lo observó negando con la cabeza, con delicadeza dejó el vaso de jugo en el portavasos sobre la mesa de cristal, se sentó en el sofá de más cuerpos en el que ya se encontraba sentado David cruzándose al instante de piernas.

— Deberías dejar de ver a algunos de nuestros tíos como si se te cayera la baba Pietro, ten un poco de dignidad —dijo Wanda algo molesta, Lorna se rio mientras David sólo negó con la cabeza con una sonrisa en los labios.

Como los cuatro adolescentes tenían edades cercanas siempre se contaban todo, eran hermanos muy unidos, capaz de taparse alguna travesura hecha para no ser descubiertos por sus padres. El tema de esa noche era sus "tíos".

— No soy el único, ¿has visto a Lorna? —la de cabello verde lo fulminó con la mirada.

— Pues ambos deberían dejar de hacerse ilusiones y buscarse a alguien de su edad —David bebió un poco de jugo con el semblante serio imponiendo su superioridad de hermano mayor. Los otros tres adolescentes lo miraron molestos.

— Claro lo dice él que no babeo medio año por Peter —bufó Pietro.

— Eso nunca fue así, es mi padrino y yo siempre lo he admirado.

— ¡Ajá! —al unísono los otros tres hermanos sin creerle nada.

— En serio, los tres deberían comenzar a mirar más a los hijos de nuestros tíos —habló Wanda calmada.

— Sólo lo dices porque Vision desde que te conoce le gustas y era cosa de tiempo para que le dieras una oportunidad —Pietro mordió el sándwich molesto.

— Si tan sólo te concentrarás en otras personas hermanito te darías cuenta de que hay más de una interesada en ti. Pero tú te lo pasas mirando más de la cuenta a mi futuro suegro.

— Sin olvidar el mejor amigo de papá —Lorna puso cara de asco y Pietro se cruzó de brazos.

Para el platinado no eran más que sus dos amores platónicos, porque sabía que había cero posibilidades con ellos, pero le era imposible no ponerse a desnudarlos con la mirada cada vez que Clint o Logan estaban cerca de él.

— Lorna tu cállate o necesitas que te recuerde tus libretas llenas de corazones con el nombre Alex en medio —las mejillas de la de cabellos verdes se encendieron. Pietro no había contado ninguna novedad, todos sabían las películas que se pasaba la menor con unos de sus tíos postizos, pero ella era demasiado ruda como para admitirlo.

— Pues eso no es nada. David se ha masturbado pensando en Peter —Lorna comenzó a reír luego de revelar eso. Aún recordaba el trauma que le había causado encontrar a su hermano mayor tocándose mientras el nombre de su padrino escapaba de sus labios. Se reprendió semanas por ser entrometida y desde esa ocasión tocaba antes de entrar a cualquier habitación.

Reunión de estudiantes [CHERIK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora