Manteniendo la distancia.

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Capítulo 7.- Manteniendo la distancia.



- Así que ¿hace mucho que conocen a Hyun Joong?


Hyung Jun evaluó a Park Jung Min. No sabía por qué, pero sentía cierto recelo. Había algo en el asistente de Kim Hyun Joong que activaba en él una señal de alarma. Esa mirada intensa. Ese aire sensual. Ese... ¡Aish! ¡Tonterías! Estaba ahí por un motivo y ese era ayudar a Young Saeng a obtener su primicia. Debía estar alerta y no distraerse con nada.


- En realidad lo conocimos hace poco. En el club. Pero al parecer tu jefe quedó impresionado con mi primo.


Jung Min sonrió con malicia. - No lo dudo, Hyung Jun... ¿cuál es tu apellido?


- Kim... Kim Hyung Jun.


- Pues Kim Hyung Jun, para mí será muy grato mostrarte los jardines, que a esta hora estarán muy solitarios. - Se acercó y susurró en su oído. - Podrías gritar y nadie te escucharía.


Hyung Jun sintió un ataque de nervios. - ¿Gri... gritar?... ¿Gritar, cómo?... ¿Cómo si te estuvieran matando?


Jung Min torció una sonrisa divertida. Todo en él eran dobles intenciones. - Algo así... Aunque yo tenía en mente otra cosa, ¿vamos? - Preguntó señalando el camino. Hyung Jun preferiría no ir, pero no tenía ni idea de cómo evadirse.


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- Este es del viejo Chagall. Me gusta su estilo.


- Es un hermoso óleo.


Hyun Joong sonrió satisfecho. La serie de cuadros mostrados a Young Saeng habían recibido un buen comentario con bases y conocimiento. Bello y sobre todo inteligente, ¿qué más podía pedir? Saeng por su parte estaba maravillado. No podía creer que existiera alguien con esa galanura y caballerosidad. Si Kim Hyun Joong no fuera un sospechoso... Pero lo era. Y él tenía que estar alerta. Ver qué podía averiguar. Kyu Jong había confiado en él y no podía fallarle. Esa primicia tenía que estar en sus manos.


Meditaba en todo eso mientras observaba el cuadro mostrado por Hyun Joong, cuando el susurro se aventuró por su oído acompañado del cálido aliento de Hyun Joong. - ¿En qué piensas?


El cuerpo le respondió de inmediato. Electrificándose, vibrando. - Eh... En que ese cuadro debió costar una fortuna. - Mintió.


Hyun Joong entrecerró los ojos. - Tal vez, no importa. Tengo otro igual de interesante decorando mi habitación, ¿vienes?


No debía ir. No debía ir. Saeng sabía perfectamente que no debía ir, pero era tan débil.


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Los jardines eran inmensos y tal como lo había anunciado el tal Jung Min, no se veía ni un alma en ellos. No es que fuera cobarde, pero el estar ahí, con un presunto homicida, no infundía mucha alegría en el ánimo de Hyung Jun.

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