Un tipo con suerte.

81 15 53
                                    

Capítulo 11.- Un tipo con suerte.


- ¿Todo listo?


– Ni un solo cabo suelto. - Jung Min sonrió con sorna. – Me pregunto qué diría tu padre si supiera de tus actividades recreativas.


- No creo que fuera muy feliz con la noticia, pero tú no dirás nada, estás hasta el cuello en este asunto, conmigo.


Jung Min lo miró sin afectación. – Debes de andarte con cuidado, hasta el tonto de Geun Suk sospechaba algo.


Hyun Joong se arregló las mancuernillas de su elegante saco y torció una sonrisa. – Entonces debes estar feliz de que los muertos no regresen de sus tumbas.


Salieron de la Mansión Kim subiendo al lujoso auto de Hyun Joong, una preciosa antigüedad que pecaba de valiosa. - ¿Qué me dices de Young Saeng? ¿Acaso ha logrado que dobles las manos con respecto al compromiso?


Hyun Joong suspiró y arrancó el auto. Su voz sonó demasiado alegre al responder. – Es una deliciosa cosita bella ¿quién no doblaría las manos por alguien como él?


Jung Min se rascó la barbilla, fingiendo estar preocupado. – Debes alejarte de todo esto entonces, no querrás que eventos tan desagradables como el de ese tal Min Tae vuelvan a repetirse.


- El hombre ya no está. Ya no debe preocuparnos.


- ¿Te preocupó alguna vez?


Hyun Joong lanzó una carcajada aumentando la velocidad al tomar la avenida. – Ninguna, aunque su novia fue un hueso muy difícil de roer.


- Eres un maldito cínico.


- Park Jung Min, eres igual que yo... ¿hiciste lo que te pedí?


- El arreglo ya debe haber llegado a su destino.


- ¿Y Hyung Jun? ¿Aún se te sigue resistiendo?


- Ya caerá tarde o temprano, ¿quién puede resistirse a mis encantos? Ayer pude besarlo.


- ¡Oh, dulce Jung Min! ¡Al fin has podido dar tu primer beso! – Hyun Joong echó a reír de forma escandalosa, logrando que su asistente y amigo lo mirara con desaprobación.


- A veces eres tan idiota, no sé qué pudo ver Saeng en ti. – La mirada burlona de Hyun Joong lo sacaba de quicio, enojado, se volvió a la ventanilla para ver el raudo pasar de los edificios.


- Soy todo un caballero. Un elegante y seductor gentleman. – Jung Min bufó descreído. - Hyung Jun te está costando lo suyo y yo no le veo lo espectacular. No me negarás que es un poco... curioso. Y jamás se calla. Aun así se te escurre de las manos. – Acabó con tono trágico. - ¡Nuestro querido Park Jung Min está perdiendo su encanto!


- Créeme, a veces te odio y me gustaría que tu fachada cayera y terminaras en la cárcel como el maldito delincuente que eres.


La risa de Hyun Joong fue en aumento. – Compartiríamos una celda mi querido amigo, pero no te preocupes, eso no sucederá.


Llegaron finalmente a uno de los casinos con más prestigio en la ciudad. Al darse cuenta de su llegada, varios empleados corrieron a recibirlo. Jung Min aún tenía mala cara, pero Hyun Joong palmeó su espalda, diciendo con voz pomposa.- Bien, mi querido amigo, demostrémosle a estos ingenuos lo que es ser un tipo con suerte.


Suerte. Vaya si era lo que Hyun Joong tenía. Hasta la fecha, nadie había podido descubrir lo que se ocultaba tras esa fachada de perfección.


********

- ¡WOW! ¡ESTO ES INCREÍBLE!


- Saeng, estás gritando y saltando como patética noviecita enamorada.


- Pero, es que ¡Min Ho! ¡Esto no es un arreglo de flores! ¡Es un maldito paraíso floral en miniatura puesto a mis pies!


- Déjame adivinar quién te lo envía: Kim Hyun Joong. Estaría al borde del llanto por el gusto, si no fuera por un pequeño detalle: es un presunto asesino.


- ¿Tienes que oscurecer mi felicidad de esa manera? Además, aun no hay pruebas.


- Si mal no recuerdo tú eras el responsable de conseguirlas.


Saeng hizo caso omiso de las palabras de su amigo, pero aseguró emocionado. – Si lo conocieras tan bien como yo, sabrías lo dulce y sensual que puede llegar a ser. Ayer, ni más ni menos, me llevó a un restaurante en el edificio más alto de la ciudad y brindamos con el vino más exquisito del mundo mientras contemplábamos las estrellas. – Min Ho entrecerró los ojos, de ningún modo convencido. – Es más – continuó Saeng – si esto sigue viento en popa, seguro hasta terminaremos casados.


- Si no terminas antes hundido en el Río Han con una bonita carta de picas sobre tu pecho.


- ¿Tienes que ser tan tosco? – Saeng acarició los pétalos, suaves y genuinos de flores exuberantes enviadas por el hombre más guapo del planeta. - ¿Sabes qué creo? Que las pistas estaban equivocadas, que Hyun Joong no es un asesino y que yo soy el chico con más suerte en el mundo.


Min Ho se rascó la cabeza mirándolo con infinita pena. – Saeng, yo te adoro, pero debo reconocer que pecas de ingenuo. Eres tan tontito.


Saeng le respondió con una mohín, ofendido. No lo creía. Tenía el presentimiento de estar en lo correcto, aunque todas las pruebas apuntaran hacia Hyun Joong. Su corazón, envuelto en una locura casi infantil, le susurraba que confiara en sus instintos, mientras corroboraba, con latiditos emocionados, que sí, que él sin duda, era un verdadero chico con suerte.

Lucky GuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora