Los pecados, Elizabeth, Meliodas, Elaine y hasta Hawk estaban fuera del Boar Hat, en una llanura bastante amplia, perfecta para poder entrenar sin destruir árboles o alguna otra cosa que interfiera entre ellos.
La pequeña hada estaba recostada a Hawk, mientras que veía a todos los demás pelear. Intentó levantarse ya que se sentía un poco mejor que los días anteriores, sin embargo, Elizabeth se paró delante de ella con el ceño fruncido.
-¿Qué intentas hacer Elaine? No estás en condiciones de levantarte aún; estás fuera de la cama porque lograste convencer a Ban, pero yo no estuve de acuerdo, nunca.-
-Elizabeth, estoy mejor que antes, en serio... Quiero tratar de sentirme útil y por lo menos probar si puedo levantarme. Sé que estás preocupada, todos lo están, pero no olviden que soy la princesa del Bosque del Rey Hada; tengo poderes que pueden ser de gran uso...- le decía tranquilamente pero de una manera bastante determinada. Era igual de testaruda que siempre.
La diosa suspiró y cerró los ojos por un momento, para ayudarle a levantarse completamente luego de eso. -Está bien, pero por favor no te extralimites, ¿vale?- le dedicó una sonrisa para ver como la princesa hada flotaba hasta quedar de su misma altura.
-Te lo prometo, princesa.- le devolvió la sonrisa y se alejó un poco para poder observar bien hasta que punto podía llegar ella sola.
Elizabeth sintió un poco de nostalgia, ya que en cierta parte, sabía lo que ella podía estar sintiendo, al saber que le quedaba poco tiempo de vida y quería hacer algo importante en la lucha y no sólo ser un bulto que hay que cargar y proteger. Le recordaba a su personalidad como princesa de Liones, antes de recobrar sus recuerdos.
-¿Intentas protegerla, verdad?- Meliodas la sacó de sus pensamientos, mientras estaba sentado sobre una roca esperando su turno para entrenar.
-Sí, lo intenté por un momento, pero sería imposible hacer que se quedara tranquila. Ella sabe que al derrotar a Meláscula, sus días estarán contados...- le respondió mientras se paraba a su lado, con los brazos cruzados bajo su pecho. Se le notaba bastante preocupada.
El demonio la miró y trató de tranquilizarla. -No te preocupes, en el medio de todo esto, buscaremos la forma de ayudar a Ban a revivirla; no pienso quedarme de brazos cruzados mientras él sufre.-
-Definitivamente que ustedes son los mejores amigos que he visto. Ya era hora que tuvieras alguien en quien contar así, ¿sabes?- ella sonreía feliz y de manera tierna, ya que sabía que en todo este tiempo, Meliodas no contaba con nadie en quien confiar de tal manera.
-Pues sí, eso es muy cierto Ellie.-
Dirigió la mirada hacia sus amigos los cuales acababan de terminar esta ronda, la cual consistía en una batalla de todos contra todos, simulando algún tipo de pelea que tengan más adelante donde tengan que enfrentar a más de un oponente a la vez. La vencedora fue Merlín, pero no parecía muy contenta con el resultado.
-Escanor, esto no se trata de que no me quieres lastimar, esto es un entrenamiento fuerte para poder vencer a nuestros enemigos que no son cualquier cosa. Si te vuelves a contener de esa manera en una batalla, te vas a arrepentir en serio.-
Al parecer, el pecado del orgullo no peleó tan en serio como debía, cosa que ella pudo notar fácilmente, y le dedicó una amenaza que hasta el mismo demonio puso con los pelos de punta.
-Lo siento Merlín, no lo haré de nuevo.- decía aquel hombre fornido con su bigote naranja, bastante arrepentido.
-Sí, estoy seguro que no lo volverás a hacer, porque esa amenaza hasta a mí me asustó.- bromeaba Meliodas, refiriéndose a su amiga bruja, que cuando quería podía ser bastante aterradora.
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La Diosa Oscura
Romance"Eres débil, eres una carga... ¿Por qué no lo entiendes? Ellos no te necesitan, solo los atrasas en su misión de derrotar a los 10 mandamientos... Lárgate..." -T-tienes razón...no debería estar aquí...- "Hazlo, nadie te extrañaría..." -Sí, eso haré...