Capítulo 10: No como yo quiero...

165 17 0
                                    

Poché:
Al terminar de desayunar Mario pidió un Uber para partir rumbo a la escuela de Daniela.

Al llegar a la camioneta pudimos notar que era de 9 asientos, los del copiloto y piloto, dos atrás , y finalmente tres hasta atrás todos juntos.

Mario se sentó en el del copiloto mientras que Sebas en unos de los primeros, y al último Paula y yo en aquellos asientos de tres.
***
-¿Dónde conseguiremos las flores?-preguntó Sebas volteándose, viéndome directamente a mí.

¡Cierto! Las flores. ¿Dónde conseguiré unas flores? Lo único que sé me ocurrió fue observar a Paula y preguntarle.
-Paula, ¿sabes dónde podríamos conseguir unas flores?-

-No, pero podemos averiguarlo en internet.-dijo tomando su celular del bolsillo el cual desbloqueó, comenzó a buscar.
-Y aquí, Poché hay una florería cerca de su escuela. Podemos pasar antes de llegar a nuestro destino.-

-Solo hay que decirle al señor que si nos deja un poco antes de lo que anteriormente le habíamos dicho.-comentó Sebas logrando que Paula se parara de su asiento para indicarle al chofer nuestra nueva parada.

Al instante Paula volvió a retomar su asiento acomodándose en mi hombro para recargarse. -Será un largo camino.-comentó viéndome detenidamente.

-S-Si, un muy largo camino, debimos de habernos hospedado en un hotel más cerca, ¿sabes aproximadamente cuánto costará esto?-dije nerviosa, enserio que me imaginaba un costo muy alto.

Lo único que hizo fue callarme con su dedo índice puesto en mis labios. -Shh, no te preocupes por eso, yo pagaré, ahora si no te importa necesito dormir Posh.-

¿Posh? ¿Paula se siente bien? No tardó mucho en dormirse, al instante Sebas observó a Paula y habló: -¿Qué mosca le picó a Paula?-

-Ni yo lo sé Sebas, ni yo lo sé, solo está cansada, además, ¿cuántas veces se ha recargado en mi hombro? Millones, es algo normal.-

-Solo espero que no se esté enamorando de ti, no me quiero imaginar lo destrozada que se sentiría si la rechazas.-

-Ella sabe que tengo a Calle, Sebas, además a ella no le gustan las chicas.-

-Lo sé, tal vez solo nos estamos haciendo ideas.-dijo riendo.

-Ya lo creo.-

Eran ideas, ¿cierto? Paula es una chica muy buena, podría tener a cualquiera a sus pies.

Ya no quería seguir pensando en esto, simplemente me puse un audífono en mi oreja mientras le puse el otro en la oreja izquierda.

Comenzó a moverse, hasta que le detuve. -Shh, Shh, tranquila aún no hemos llegado.-dije abrazándola. -Duerme un poco.-

Y así fue como ambas con quedamos dormidas, sentía una tranquilidad que casi nunca siento, pero no la que suelo sentir con Calle.

Llegamos a la escuela, es más grande de lo que creí, instantáneamente al entrar divisé la silueta de Calle entre todos los demás. Sin esperar más comencé a correr hacia donde ella estaba. -¡Calle!-grité a todo pulmón. Al oír mi voz se volteó, una sonrisa salió de su rostro, sus ojos estaban llorosos, pero los míos igual, ella no tardó ni un minuto en extender sus brazos para aceptar mi abrazo.

-Lo sabía, sabía que no me habías olvidado, no sabes cómo te extrañé.-ambas estábamos llorando, no importaban los demás en ese momento solo éramos ella y yo. "Calle y Poché." -¿P-Por qué no viniste antes?-

-Enserio traté, pero los trabajos eran demasiados y no podía arriesgarme a no conseguir la beca y estar más tiempo sin ti a mi lado.-

Su olor volvía impregnar mis fosas nasales, tal y como lo recordaba.

-Jamás dude de ti Poché, te amo como no tienes idea.-dijo para después acercarse y besarme.

Pero la voz de mi amigo interrumpió aquello.

-Poch, ya llegamos, vamos, se nos hace tarde, puede que no podamos entrar.-apenas abriendo mis ojos comencé a analizar mi entorno, Sebas observándome recargado en la puerta del auto, Mario pagándole al señor, y Paula aún dormida en mi hombro.

¿Todo fue un maldito sueño? Tal vez era demasiado perfecto para ser real. Si tan solo lo que soñé hubiera pasado...

-Pau, ya llegamos.-dije moviéndola un poco para que reaccionara.

No tardó mucho en reaccionar y pararse para que ambas pudiéramos bajar del auto.

Al bajar la luz de sol me deslumbró, Mario al notarlo se quitó su gorra para dármela.
Yo simplemente moví mi cabeza en señal de "gracias."
***
-¡Si, Aire acondicionado!-gritó Sebas victorioso.

Afuera hace un calor infernal por lo que al entrar a la tienda y sentir el aire te refrescas.

-Muy bien Poché, elige unas para Dani.-dijo Paula mientras observaba todo tipo de flores.

Era una pequeña tienda con paredes amarillas, y todo tipo de flores en cada extremo.
A ella le gustaban los girasoles por lo que comencé a buscarlos con la mirada.

Girasoles...Girasoles...Girasoles...¡Bingo!
Caminé hacia ellos y tomé un ramo de ellos.

-¿Girasoles?-

-Si, son sus favoritos.-

-Muy bien llevamos algunos.-dijo Paula logrando quitarlos de mis brazos. Aproximándose a la caja para pagarlos. Le dieron el adorno y no tardó en llegar a mis brazos aquel ramo.

-Gracias.-susurré, ella solo me mostró una sonrisa triste. Sin esperar más salió de la tienda dejándonos a todos desconcertados.

¿Qué tiene Paula, acaso recordó algo?
No tardé en alcanzarla y estar a su lado.
-Sabes que aquí yo estoy para ti, ¿cierto?-

-Lo sé, solo que no es del modo que a mi me gustaría.-dijo otra vez con esa triste sonrisa que tanto odio.

¿Entonces no soy una buena amiga?
-Tranquila Poché, deja que se le pase.-dijo Mario poniendo su mano en mi hombro, dejando a Paula adelante.
***
La escuela era inmensa, todos los alumnos venían con ropa de diario, Paula tenía razón, hoy era la celebración de fin de año.

Faltaba poco para el toque, lo que agradecí debido a que en la entrada no había nadie observando.

Rápidamente entramos todos amontonados.
-¡Entramos!-gritó Sebas victorioso.

-Baja la voz, ya es demasiado sospechoso que vengamos todos igual. Todo mundo nos observa, saben que nos pertenecemos aquí.-

Era cierto, varios chicos nos veían y susurraban cosas que no lograba oír.

Vi a Daniela a lo lejos lo que provocó que me alejara de ellos. No era ella, solo era una chica más.

Al observar hacia donde estaban los chicos vi que había una maestra que se acercaba a ellos, aceleré el paso para llegar hacia donde ellos.

Ya nos atraparon.

¿Juntas? ¿Sin importar la distancia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora