Capítulo 13:Primera gota

103 12 1
                                    

Poché:
Aún no procesaba lo sucedido, en mi interior había una inmensa mezcla de emociones.
Sin embargo, el sentimiento que comenzó a expandirse, fue la ira. Yo, quería golpear todo y que nadie me detuviera.

Y así fue como comencé a golpear los casilleros y patear cualquier basurero que se interpusiera en mi camino, y yo, no sentía dolor.

Pero, la tristeza no tardó en volver a presentarse, observé mis nudillos, sangraban;
Ardían como nunca antes. Mi vista se comenzó a nublar y mis manos comenzaron a temblar. Me hinqué en el piso, y comencé a llorar, otra vez...
Ambas manos cubrían mis ojos y mi rostro, para que nadie notara mi llanto.

-¡Poché!-oí que alguien gritó alterada, era Paula, se acercó a mi, y al notar mis nudillos sangrar, despegó ambas manos de mi rostro y comenzó a tocarlas. -¿Qué te pasó?-preguntó observándome, pero, no respondí.

De un momento a otro, Sebas y Mario ya estaban a mi lado. Todos tratando de consolarme, pero cada cosa era en vano. Y con la poca voz que tenía hablé: -Y-Yo, no lo entiendo, yo estaba preocupada por ella, pero al parecer ella...-"te olvidó, Poché"dilo, así de simple es.-m-me olvidó.-finalicé, volviendo a soltar mi llanto. Todos me abrazaron mientras me decían cosas como:"Tranquila, todo estará bien." O "Tú eres una chica fuerte, lograrás olvidarla."

Eso espero...

-¡Poché!-gritaron, Sebas, Mario y Paula, se separaron de mí para ver quien era, pero no hacía falta, reconocía esa voz.

Era Daniela.

-Daniela, no es el momento.-comentó Sebas.
••
-Por favor, necesito verla. Yo, no entiendo nada.-insistió. Pude oír como su voz comenzaba a quebrarse, no niego haber sentido un nudo al oírla. Yo sigo enamorada de ella, y probablemente tarde mucho en sacarla de mi cabeza. -Yo pensé que ella me había olvidado.-susurró. Me levanté, y antes de dar la cara, limpié todo rastro de llanto que habitaba en mi rostro. -Lo entiendo, como ya no venía pensaste que te olvidé, porque al parecer la chica no se conforma con notas, prometiste esperarme Daniela, pero al parecer tus promesas son en vano. Y oye bien lo que diré a continuación: No me llames y no me busques, jamás volverás a oír de mí, ¿oíste?-No esperaba respuesta de su parte, y vaya me dolía decir esto, pero, era lo necesario. -Adiós Daniela.-finalicé. Sin más, comencé a caminar fuera de este lugar.
*
Era un camino silencioso, los chicos se encontraban dormidos, Paula me observaba tratando de encontrar las palabras correctas, pero, esperaba que no las encontrara, yo no quería hablar.

-¿Y qué pasará ahora?-preguntó rompiendo el silencio que tanto amaba. "¿Qué pasará ahora?" Ni siquiera yo lo sé.

-No lo sé, ya será decisión de ustedes si se quieren quedar o irnos ya de una vez mañana por la mañana.-

No recibí respuesta de parte de ella, y tampoco la esperaba. Yo ya solo quería llegar. Había tantas cosas en mi mente en este momento.
Dormir era lo que necesitaba, la cosa es que, no puedo.
*
Solté un suspiro pesado para caer de cara frente a la cama. No quería moverme de ahí por un buen rato.

-¿Poché, no tienes hambre?-preguntó Paula, genial, cuando finalmente conseguía algo de sueño, interrumpe.

-Paula, no jodas, acabamos de llegar.-

-Llegamos hace una hora, si eso para ti es poco, vaya, lo siento.-

Con un quejido de mi parte me paré. -¿Vamos?-pregunté adormilada.

-Tuz zapatos.-comentó recalcando que me encontraba descalza. Volví a soltar un suspiro algo molesta, me senté en la esquina de la cama y comencé a abrocharme las agujetas.

-Yo invito.-No tenia energía para pelear, por lo cual solo acepté.

Al ambas salir de la puerta, cerré de un portazo.

El elevador no tardó mucho en llegar. Paula presionó el botón que nos lleva al lobby, las puertas se cerraron llevándose consigo cualquier rastro de ruido que hubiera.

-¿Cómo te sientes?-preguntó.
¿Qué como me siento? En estos momentos no quiero hablar de ello.

-Bien, supongo.-respondí lo primero que se me vino a la mente. Necesitaba que estas puertas se abrieran, y al parecer, el universo me escuchó, porque al instante se abrieron. Dejándome salir.

-¡Poché!-gritó, joder, ¿por qué quiere seguir con ese tema?

Pude oír cada vez más cerca sus pasos, y al final estaba en frente mío, lográndome detener. Mis pies ya no estaban en el piso, y mis ojos solo observaban eso. -Poché mírame.-dijo autoritaria. Pero no obedecí. -Poché, por favor, mírame.-repitió, sabía lo que pasaría si lo haría, pero, finalmente acepté. -Sé que no estás bien, sé que esto es difícil, sé que tratas de ser fuerte para todos, pero, lo único que quiere es llorar, pero escucha, algo, yo estoy para ti.-Cada palabra que decía era cierta, y mientras más hablaba mi vista se nublaba, y lo que menos quería pasó.

La primera lágrima cayó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Juntas? ¿Sin importar la distancia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora