Dulce Final

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Mentíria si digo que todo se resolvió magicamente despues de esa noche.

Que me sané y no quedaron secuelas en mi cuerpo, que mis traumas quedaron atrás, y que todo está como si no hubiera pasado.

Pues no señores, esto no fue nada fácil.

Reconstruirme no fue nada fácil.

Recuperar mi salud no fue fácil.

Hacer una nueva vida, una nueva yo, fue malditamente difícil.

Ese día me desperté totalmente mareada, debido a la anemia y de haber perdido sangre por las cuchilladas.

Tuvieron que internarme dos semanas para que me recuperara y vieran que todo estaba bien.

El cuchillo gracias a Dios no tocó ningún órgano importante, eso debido a la ubicación se estos y que el tamaño tampoco era tan grande.

Los doctores me dijeron que era un milagro que esté viva.

Y valla que les creía.

Con la poca cantidad de vitaminas y grasa en mi cuerpo, era para que el cuchillo haya atravesado algo importante, o haberme muerto por hemorragia.

Pero gracias a Dios no paso.

Bastó solo una transfución de sangre, suero, y una buena alimentación e hidratación para recuperarme.

Tenía unas heridas bien feas, era dos, esos puntos harían que quedara una horrible cicatriz, que haría mas dificil olvidar aquel suceso.

Tuve miedo a todo lo cortopunzante, comenzé a tener ataques de pánico y ansiedad cada vez que caía la noche.

Siempre vigiliba que las puertas y ventanas esten con seguro, mi parania no me dejaba dormir, y si lo conseguía las pesadillas se encargaban de despertarme.

Estaba deseperada, con pánico todo el tiempo, mas en la noche, ya no dormía en mi cuarto, si no con mi mamá, ella se desvelaba conmigo, y eso me hacía sentir fatal.

Los problemas y pensamientos se estaban comenzando a acumular en mí, haciendo de mi mente, un torbellino aún mas negro.

Mi mamá siempre estaba dispuesta a escucharme y ayudarme, pero no podía decirle nada, no porque no quisiera simplemente por que no podía.

Ella notaba mi corportamiento, y sufría por no poder hacer mas por su hija.

Esto me dolía, esto me estaba matando, pensé que no podía, que todo estaba acabado para mí, que el que esté viva solo era un castigo.

Así que hice lo único que me hacía desahogarme, vomitar.

Sacar todo de mi literalmente, me hacian sentir bien y miserable al mismo tiempo.

Perdoname Karen-Lloraba, sentí que el mundo se me vino encima, me sentía tan mal que en ese momento no me importaba nada.

Estaba desepcionando a muchas personas, y eso me hacía sentir un odio inmenso hacia mi.

Ese día, destruí mi cuarto, dañé cualquier cosa que se me haya cruzado por mi camino, hasta que vi sangre en mis manos.

El día que me rompió la nariz Kenny.

El primer abuso.

La primera violación.

Mis cortes.

Cuando Karen murió.

Mis cuchilladas

Todo eso implicaba sangre, y en una cantidad considerable.