Si Me Amarás También...

4.

El golpe ya no dolía y aún no quería llegar a casa, quería despejarme antes y además el día estaba precioso con ese soleado agradable de antes del atardecer y una brisa fresca, por lo que decidí quedarme en los columpios del parque cerca de mi casa.

Llevaba un rato balanceándome despacio cuando escuché unos ladridos que venían hacia mí, de entre unos arbustos salió un cachorro de Pastor Alemán que traía una pelota en el hocico, se acercó hacia mí y dejó la pelota a mis pies. Adoro a los perros por lo que no me resistí y comencé a acariciarlo

- Hola chico - se puso patas arriba para que rascara su pancita - ¿ Donde esta tu dueño?

- ¡Cookie, ven amigo! ¿ En dónde te metiste?- alguien llamaba a unos metros de distancia.

Revise la placa del perrito mientras lo acariciaba, el era a quien llamaban.

- ¡Está por aquí! - dije algo alto para que me escucharán.

De los arbustos ahora salió una persona, era un chico medio alto, de cabello castaño, playera negra, con pantalón y zapatos militares.

- Gracias por atraparlo - se acercó a nosotros, para entonces yo ya lo estaba cargando, por lo que tuve que bajarlo para que fuera con su dueño - estábamos jugando y de pronto se alejó de más, temía que se perdiera.

- No te preocupes, se ve que es un chico listo - el perrito se acercó de nuevo a mí para que lo acariciara.

- Y tu le caíste muy bien - extendio la mano para saludar - mi nombre es Kentin y el, como te has de imaginar, es Cookie.

- Mucho gusto - le devolví el saludo con una sonrisa - yo soy Samantha, pero todos me dicen Sam

Cookie volvió a acercarme su pelota, con un gesto le pedí permiso a su dueño quien asintió mientras nos sentábamos en los columpios

- ¿Son nuevos en el vecindario? - lo observé y me di cuenta de que tiene unos ojos muy bonitos de color verde, era mi color preferido hasta hace unas semanas que empezó a serlo el azul... - No los había visto por aquí antes.

- Si, tiene poco que nos mudamos al vecindario - respondió con una media sonrisa y señaló el otro lado del parque - estamos en esos edificios que estan al cruzar el parque

- ¡Genial! Seremos vecinos entonces - tal vez estaba siendo muy entusiasta pero siempre es emocionante conocer nuevas personas - Yo vivo a unas cuantas casas de esos departamentos, es la casa del jardín con rosales.

- Es bueno que seamos vecinos - ahora el le lanzó la pelota a Cookie, ya no tan lejos - al menos ya conocí a alguien agradable.

Estuvimos hablando y jugando con su cachorro unos minutos más hasta que sonó mi celular, había olvidado avisarle a mi madre en dónde estaba y ya se había preocupado.

Me despedí de Kentin y Cookie para correr hacia mi casa. Espero encontrarlos pronto de nuevo.