Si Me Amarás También...

7. Día de helado

Ese día quería encontrar un lugar tranquilo para poder jugar, por su puesto la clase me impediría avanzar así que decidí no entrar.

Cómo buen fugitivo logré escabullirme al sótano del colegio, pero no estaba solo ahí.

- ¿ Qué haces? - Samantha se encontraba sentada en las escaleras con la cara escondida entre las manos

- No es nada - dijo limpiándose los ojos con las manos.

Cerré la puerta para sentarme a su lado, en realidad no sé qué hacer en estas situaciones pero no quería dejarla así.

- Ammm ¿Algo pasó? - Idiota, claro que pasó algo o no estaría de ese modo.

- Yo no sé - seguían brotando lágrimas de sus ojos - es que no lo puedo creer, no quiero...

Abrazó sus piernas y volvió a esconder el rostro. ¿Qué se supone que haga? Es mi hermano quién sabe qué hacer en estos casos.

Lo único que se me ocurrió fue darle unas palmadas en la espalda...

- ¿Quieres hablar de eso? - Niega con la cabeza - ¿ Te traigo a Alex para platicar? - Vuelve a negar. Y ¿Ahora qué hago?

Lo único que se me ocurre es algo que he visto en las series, la atraigo hacia mí para que se recargue en mi hombro.

"Me siento algo estúpido de esta manera, ojalá que de verdad funcione." Entonces recordé que cuando me sentía mal de pequeño mi madre me llevaba por un cono de helado.

- Acompáñame - la tomó de la mano y le ayudo a levantarse, antes de que proteste la empujó fuera del sótano indicando que guarde silencio.

De nuevo uso mis a habilidades de espía para escaparnos de la escuela sin ser vistos, abordamos el autobús que nos lleva al centro de la ciudad.

Bajamos cerca de la plaza, está distraída con la escapada y ya no llora.

Hay una fuente en el centro de la plaza, la guío hasta ahí y le pido que me espere unos minutos; corro a la nevería y compró 2 helados, para ella menta con chocolate y el mío solo chocolate.

Cuando regreso ella está triste de nuevo, lanza piedritas al agua de la fuente.

- Espero que esto te ayude a estar mejor - le entrego su helado y sonríe levemente - No me gusta verte llorar...

¡¡¡Armin!!!

- ¡Estás babeando mi sudadera! - Alexy me despierta tirando de su sudadera.

- No exageres, solo fue una siesta- bostezo un poco y veo que he perdido mi partida - demonios, no se porque me quedé dormido

- Tendrás que lavar mi chamarra - dice Alexy sentándose en mi estómago - le dejaste un charco enorme de saliva

- Eres un exagerado - lo empujó para apartarlo y poder levantarme - no tiene ningún rastro de saliva.

- Como sea, ahora debo ir al centro comercial por otra - se dirige a la cocina pero antes de salir me lanza la chamarra a la cara - por supuesto que tú vas a ir conmigo. Te espero en el patio en 20 minutos.

No quería hacerlo pero es Alexy, suele ayudarme cuando lo necesito y requiero una preventa, además desperté con un tremendo antojo de helado de menta.