Si Me Amarás También...

12.

¡Es día de declaraciones! Aunque no se lo diré al chico que me gusta, no aún...
Le pedí a Alex que nos viéramos en el parque cercano a mi casa para poder hablar tranquilamente, ¿Por qué el parque? Fácil, si lo llevo al centro comercial se va a distraer y un lugar con mucha naturaleza es perfecto porque Armin no se va a aparecer de pronto, odia estar sin conexión a internet.

He intentado platicar de otras cosas antes de llegar a lo que quiero hasta que llegamos a los columpios; es mi lugar seguro y me ayuda a meditar, una vez nos sentamos lo escupo.

- Alex - inspiró aire fuerte y comienzo a balancearme en el columpio - me gusta tu hermano.

- Ya lo sabía - dice con suficiencia y se balancea en el columpio más lento que yo. - Tal vez los demás no se dan cuenta pero te conozco, casi babeas por él cuando lo vez - su respuesta enseguida me hace sonrojar y que me intenté balancear un tanto más fuerte

- Y ¿Qué piensas? - trato de decir con calma pero me preocupa su opinión.

- Que estás haciendo una tormenta en un vaso de agua, si lo quieres ve por él - me detengo haciendo que se levante un poco el polvo por la fuerza y lo miro escéptica - ¿ Por qué me miras así? ¿esperabas que me opusiera?

- Pues algo así, no pensé que lo tomarás con tanta calma - vuelvo a columpiarme pero de manera más tranquila.

- Si prefieres que te grite y te prohíba estar con mi hermano estás loca - dice con una sonrisa - ni siquiera habría que tener esta conversación.

- ¿No hay una especie de "Bro code" implícito? - respondo - algo sobre no andar con el hermano de un amigo sin su permiso

- Esa serie es muy buena, pero no recuerdo esa regla, - medita unos segundos - con nosotros no aplica porque no tienes un hermano guapo y sabes que haría lo que fuera porque Armin tenga novia real y no esas "wifis" de dibujo que él alaba. Así que es mejor que seas tú porque sé que no le romperías el corazón.

Me emociona saber que no le molesta mi confesión y que incluso puede apoyarme.

- También debo contarte algo - ahora él se comienza a balancear más fuerte e imitando lo que hice hace unos segundos dice con rapidez - me le declaré a tu amigo, el ángel militar - y se frena de golpe

- ¿Cuando pasó eso? - respondo sorprendida - ¿Qué te respondió?

- Es un chico muy amable, - sonrió pero no volteo a verme - dijo que se sentía halagado pero no podía corresponderme - dio un ligero suspiro y recobro su ánimo de siempre - ya sabes, la historia de mi vida, hetero con interés en alguien más

- Lo lamento Alex - quería animarlo pero no sabía bien que decir

- No te pongas así - me levanto y le doy un abrazo - además tiene poco que lo conozco, creo que fui muy rápido. Además el océano es muy grande, ya encontraré otros peces.

Le jalo de los brazos para levantarlo del columpio y empiezo a caminar con él, sé que cerca estará el señor del carrito de helado, quiero invitarle uno por escucharme y por la confianza que hay entre nosotros.

Lo peor ya había pasado y no fue tan grave como había imaginado, Rosa tenía razón todo salió muy bien.

- Sabes que tienes una ligera obsesión por los helados ¿Verdad? - dice para molestar mientras nos acercamos a pedir.

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Espero que les esté gustando cómo va la historia, por favor voten y comenten, eso me ayuda a continuar escribiendo.
¡Gracias!