Jane
― ¿Smith? ―Pregunto con la puerta entornada. ― ¿Eres tú?
Escucho los pasos de alguien acercarse hasta el baño. Me aparto de la puerta lo máximo posible.
― Tranquila Jane, soy yo. ― Dice el Dr. Smith abriendo la puerta de par en par. Respiro aliviada.
― Vamos, sal, ha venido alguien a verte.
Su sonrisa es extraña. Es diferente, parece más apagada, pero no le doy mucha importancia.
Camino despacio hacia mi habitación, a pasos cortos y mirando la cara del Dr Smith. Él asiente con la cabeza convencido y por alguna razón eso me da confianza. No quiero tener siempre miedo.
― Hola pequeña. ― Me saluda papá.
¡Son ellos!
Sonrío con emoción y me lanzo a sus brazos. Lo abrazo con fuerza y entierro mi cabeza en sus hombros. Huelo su colonia y ahora mismo diría que es mi olor favorito en el mundo. Papá acaricia mi pelo y besa mi mejilla. He estado pensando en este momento durante días.
― Os he echado mucho de menos. ― Sin darme cuenta, tengo la cara llena de lágrimas, pero estoy tan feliz.
― Nosotros también a ti. ― Responde. ― Mucho...
Poco a poco me suelta, y detrás de él está Nancy, me mira ingenua y yo le sonrío. Estoy muy feliz.
― ¿No vas a decirle nada a mamá? ―Bromea Nancy.
Lentamente mamá se acerca a mi. Pero mi sonrisa desaparece cuando me fijo en su cara. La observo fijamente. Está pálida y tiene los ojos muy rojos, unas ojeras oscuras y no la recordaba tan delgada. Me asusto al pensar que le ha podido pasar algo malo. Lentamente se acerca a mí, se agacha y me coje la cara con las dos manos. Me mira fijamente a los ojos durante unos segundos y seguidamente besa mi frente. Sus labios están fríos pero sus besos no han dejado de ser los mismos. Es muy raro, ella no es así. Mamá es la persona más alegre y divertida del mundo.
― ¿Cómo estás?
Ni siquiera su voz suena igual.
― ¿Qué te ha pasado?―Le pregunto preocupada.
Ella no responde. Pasa sus manos por mi pelo y seca las lágrimas de mis mejillas. No entiendo qué está pasando. Miro a papá en busca de una respuesta, pero no dice nada, me mira fijamente y me doy cuenta de que sus ojos también están rojos y se ven caídos. Y que su cara también está pálida. ¿Porque están tan tristes? Nunca los había visto así. Es como si no fueran ellos.
― Todo va a ir bien, Jane... ― Dice mi padre.
Por algún motivo no siento que eso vaya a suceder.
― No. ¡No es verdad! ¿Porque nadie quiere decirme nada? ― Sollozo preocupada.
Siento como las manos del Dr. Smith tocan mis hombros. Me giro esperando a que él diga algo. Se arrodilla frente a mí y estrecha mis brazos.
― Jane, tenemos que explicarte algo. Algo muy triste que ha pasado hace pocos días...
Al oír esas palabras, siento que mi corazón se dispara. Lo primero que se me viene a la cabeza es Xana. ¿Y si le ha pasado algo a Xana? ¿Algo tan malo? A ella no la he visto aquí, y Xana vendría a verme, segurísimo. Aparto las manos del Dr Smith y corro hacia la puerta.
― ¿Jane, qué haces? ― Grita Nancy.
La ignoro. Abro la puerta y miro hacia ambos lados del pasillo. Está claro que ella no está aquí. Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas. No podría soportar que algo le pasara a mi hermana.
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¿Quién soy yo?
Misterio / SuspensoJane tenía once años cuando dejó de ser una niña. La madrugada del once de mayo despierta en un hospital psiquiátrico. ¿Los motivos? No los conoce. No recuerda nada y no sabe las razones por las que se encuentra allí. La frialdad de la situación la...