La primera impresión que tuve al subir al avión fue al ver los elegantes, grandes y cómodos asientos color azul con franjas negras que había en el interior, me impresionó el rango de inclinación que podían alcanzar los asientos, ¡casi sentías que estabas acostado!

Frente al asiento tenías un pequeño panel donde había una pequeña pantalla en la cual podías seleccionar una película o una serie de las que se tenían guardadas, poner la radio o reproducir una pequeña playlist, en dado caso que no quisieras hacer una de esas cosas podrías conectar tu celular a un puerto USB que tenía a un lado y escuchar tus propias canciones.

Claro que cuando tocó escoger asientos pedí junto a Sarah, pero al ser impares mi madre no me dejó, ya que dejaría solo a Oliver, así que entre mis padres y los padres de Sarah se acordó que ellos irían juntos, mi madre con mi padre y la madre de Sarah con el padre de Sarah, y al no haber más a Oliver le tocaría junto a Sarah por ser el menor, así que a mí me tocó ir solo.

Esa decisión me frustró mucho ya que estaría lejos de ella y para colmo me tocaría junto a un extraño, solo deseaba que aquel extraño no fuera la típica persona que no tiene nada de higiene o no deja dormir ya que al parecer este sería un viaje muy largo.

Mientras terminaban de subir todos los pasajeros y terminaban de acomodar todo para iniciar el vuelo conecte unos audífonos a mi MP3, que suerte que me hayan ofrecido unos audífonos antes de subir al avión ya que había olvidado los míos en la maleta que estaba donde echaban todos los equipajes de los pasajeros, aunque no eran de la mejor calidad, servían mucho para poder pasar el rato, estos audífonos venían en una bolsa y venían junto una pequeña botana y una revista.

Por fin terminaron de subir todos los pasajeros y entre ellos se encontraba mi compañero, al parecer era otro muchacho que se veía más o menos de mi edad, no hallaba la forma de hablar con él, pero tenía que hacerlo, a menos de que quisiera ir todo el camino aburrido, y sirve que hacia un nuevo amigo. Así que comencé.

— ¿Qué tal? Me llamo Edwin ¿y tú?

— Eh...eh... Roy... Roy Harper — respondió, al parecer era alguien muy tímido, lo hacía notar por su forma de hablar.

— Y dime ¿cuántos años tienes Roy? — respondí

— 17 años ¿y tú?

— ¡Que sorpresa! Yo igual, de hecho, vengo en este vuelo ya que es un regalo de cumpleaños que mis padres me habían prometido hace ya unos cuatro meses, y dime ¿qué planeas hacer una vez hayamos llegado a Alberta Canadá?

— Pues planeaba salir a un tour por el bosque con mis padres y disfrutar del tan famoso espectáculo que se nombra sobre aquellas plantas que desprenden una burbuja que se termina congelando, o algo así, sabes de lo que hablo ¿no?

— ¡Pero claro que sí! Si por eso mismo yo vengo, bueno lo del tour no, pero me interesaría ir, ¿Y si hablamos con nuestros padres para ir todos juntos y así conocernos más?

— Claro, ¿por qué no?

Y así fue como comenzó todo, no era más que un simple muchacho con el sueño de visitar un lugar que se convirtió en un sueño para mí desde que el profesor de historia nos contó durante sus clases, tomando una decisión tan inofensiva en ese momento la cual no sabría que en un futuro tendría repercusiones muy graves.

Después de terminar nuestra pequeña charla y antes de tomarnos un largo sueño en lo que llegábamos a Alberta, Canadá: Roy me pasó su número de teléfono para cuando bajáramos del avión poder contactarnos y ponernos de acuerdo de cuando salir.

Pasaron alrededor de unas ocho horas antes de llegar al aeropuerto más cercano que se encontraba de nuestro destino, con tanta emoción sobre mí no lograba mantenerme tranquilo, solo ansiaba el poder salir, sentir la brisa fría en mi cara (que por cierto parecía que estaría muy fuerte, ya que sin siquiera haber bajado del avión ya se sentía un poco de frío), estirar las piernas ya que ni siquiera las sentía gracias a todo el tiempo que estuve sentado y poder llegar a nuestro hotel para poder tomar una ducha.

Viaje A AlbertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora