02; «...𝓶𝓮 𝓱𝓪𝔂𝓪 𝓲𝓭𝓸»

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Cuauhtémoc buscó entre los sobres la frase que venía escrita en el instructivo de Aristóteles. Sacó un sobre de color azul pastel donde venía escrito «Ábrela cuando me haya ido» en color negro.

Definitivamente esto era algo que no esperaba, se sentía emocionado por todo lo que vendría escrito en las cartas. Quería abrirlas todas en este momento, pero no debía hacerlo.

Sería una forma de tener presente a Aristóteles mientras no estaba, sonrió mientras miraba el primer sobre y lo abrió con cuidado, sacando el papel blanco que estaba dentro.

Miró su caligrafía, se notaba que se había esforzado en hacer su mejor letra. Aristóteles siempre había intentado hacer perfectos los detalles que le regalaba a Cuauhtémoc; y siempre lo lograba.

❝𝑨́𝒃𝒓𝒆𝒍𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒆 𝒉𝒂𝒚𝒂 𝒊𝒅𝒐❞

16 de Octubre del 2020
Oaxaca, México.

Querido Cuauhtémoc, mi amor:

Yo sé que será difícil para ambos esto, tanto tiempo distanciados, sin podernos besar, ni tocar, ni sentir. Pero lo lograremos, y cuando vuelva a verte, te voy a llenar en exceso de amor. Todo ese amor que me estaré guardando todo este tiempo.

Hoy 16 de Octubre, tomamos juntos la decisión de que yo acepte la gira. Y se me ocurrió esto de las cartas, me tomaré toda esta semana para escribirte todas las cartas que pueda para que tú las leas y te sientas un poco mejor. Aunque se me va a complicar escribirlas sin que te des cuenta. Tú estás leyendo esto un 23 de Octubre, el día en que me marché, pero ten por seguro que regresaré.

En cada una de estas cartas te estaré recordando lo tanto que te amo, porque sí te amo un chorro jajaja.

Mientras estaba escribiendo esto recordé la primera vez que te besé, en la graduación que nos organizó Unidos. No sabes lo feliz que estaba en ese momento, sentí como dentro de mí había un estallido de emociones de todos los colores.

Tus labios tan suaves y jugosos, con un sabor único y especial, exclusivo sólo para mí.

Mi corazón estaba acelerado, quería congelar el tiempo en ese mismo instante. Soñé tanto con besarte, que cuando al fin pasó y fue un millón de veces mejor de lo que creí, sentí que seguía soñando.

Podría decir que lo que más voy a extrañar este tiempo de ti son tus besos, pero hay algo que más extrañaré; ver tu sonrisa de frente, esa sonrisa tan pura y divina que lo único que hace es que me vuelva loco por tan enamorado que me tienes, ver tus ojos que me transmiten paz y amor, esos ojos que llenan de luz cada rincón oscuro en mi corazón. Eso es lo que eres, Tahi; luz. Una luz que nunca se va a apagar, la luz que me ayudó a encontrar el camino al amor, la luz de mi vida.

Extrañaré sentir tu piel tan suave y exquisita, los besos que dejas por mi cuerpo cuando nos entregamos, el roce de tus manos mientras me dices que me amas.

Muero por estar de nuevo contigo.
Te amó, te ama y te seguirá amando siempre;
Tu novio, Aristóteles.

Ábrela cuando || 𝓐𝓻𝓲𝓼𝓽𝓮𝓶𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora