Ábrela cuando || 𝓐𝓻𝓲𝓼𝓽𝓮𝓶𝓸

04; «...𝓮𝓼𝓽𝓮 𝓵𝓵𝓸𝓿𝓲𝓮𝓷𝓭𝓸»

Las gotas chocaban contra la ventana y resbalaban mientras unas se juntaban con otras para caer más rápido. El cielo de un tono celeste tan claro que parecía llegar al blanco, haciendo que puedas perderte intentando buscar un rastro de azul. Las nubes lograban camuflarse con el color del cielo, los árboles resaltaban su verde color a comparación de su alrededor.

Gente caminaba por la calle con impermeables o paraguas de colores, una pequeña niña captó la atención de Cuauhtémoc; la niña iba con un impermeable amarillo brillante, tenía unos ojos grandes dibujados en la gorra y con una pequeña simulación de un pico naranja en frente. La pequeña saltaba sobre los grandes charcos que se formaban en la calle mientras reía y su mamá iba detrás de ella, viéndola con una sonrisa. La niña era feliz a pesar de que el ambiente se viera sombrío, la lluvia le causaba emoción y diversión, mientras que a Cuauhtémoc se le hacía el momento perfecto para pensar en cosas tristes. ¿En qué momento sus pensamientos cambiaron? ¿En qué momento dejó de ser un niño pequeño?

Era el tercer día sin Aristóteles y el clima no había ayudado en nada al humor de Cuauhtémoc. Lo único que había tenido de él —además de las cartas— había sido un mensaje el día anterior donde escribió «te amo hasta el infinito» junto a una foto de él mandándole un beso, desde ahí no había vuelto a estar en línea, realmente estaba muy ocupado. Cuauhtémoc quería estar con él para apoyarlo de cerca, tranquilizarlo si se sentía estresado, llenarlo de amor... Pero tendría que esperar.

Caminó hacia su escritorio donde yacía un sobre lila, en la parte inferior venía escrito "Ábrela cuando esté lloviendo", sonrió al ver la caligrafía de Aristóteles, tomó el sobre y se acostó boca arriba en su cama, abrió el sobre y sacó el papel amarillo.

Gracias a Aristóteles por pensar en todas las situaciones para que Cuauhtémoc lo siguiera leyendo.

❝𝑨𝒃𝒓𝒆𝒍𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒍𝒐𝒗𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐❞

21 de Octubre del 2020.
Oaxaca, México.

Mi chiquito bonito:

Antes de irme chequé el clima que habría en la semana, decidí hacer una carta para este preciso momento en que llueve y tú te quedas pensando en mil cosas.

Probablemente te sientas mal porque no estoy, pero está lluvia podría hacerte recordar un bello momento entre tú y yo. ¿Sabes de cuál estoy hablando?

Exacto, mi hermoso novio inteligente, nuestro primer beso bajo la lluvia.

Aún recuerdo cómo fuimos a conseguir los materiales para la sorpresa que le haríamos a tus hermanos por su cumpleaños y la lluvia nos atrapó cuando veníamos de regreso. Empezamos a correr buscando algún lugar donde cubrirnos, reíamos y poco nos importaba la ropa mojada; éramos tú y yo solamente.

Entramos en un pequeño callejón, pensando que no caería lluvia ahí, y como al destino le gusta reírse de nosotros, la lluvia nos empapó aún más estando ahí.

Empezamos a reírnos aún más, cuando nosotros estamos juntos todo se llena de colores. Pronto nuestra cercanía se hizo presente, veíamos a nuestros ojos... ¿Te he dicho lo tanto que me encanta ver tus ojos? Esos ojos que tanto me enloquecen, me haces ver la galaxia entera a través de ellos, me haces sentir que estoy donde debo estar. Nos acercamos y volví a sentir tus labios al compás de los míos, esos besos tuyos que tanto me encantan, que me hacen tocar el cielo, esos besos con los que me siento vivo.

Nuestro primer beso bajo la lluvia fue algo totalmente mágico.

Todo a tu lado es mágico.

Sentir tus suaves labios besando los míos mientras las gotas de agua recorrían nuestros rostros, era una sensación realmente única. Sentir tu cercanía, tu amor, ese amor único que sólo tú me haces sentir.

Y después verte con la camisa pegada por lo mojada que estaba 7u7 ay, ¿lo dije o lo pensé?

En fin, muero por estar contigo y llenarte de besos, créeme que cuando vuelva no te voy a soltar en ningún segundo. Voy a estar como garrapata contigo jajaja <3

Te amó, te ama y te seguirá amando siempre;
Tu novio, Aristóteles.