Capítulo V - Death knell

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CENIZAS DE OBLIVION

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CENIZAS DE OBLIVION

— CAPÍTULO V —

D e a t h   k n e l l  

🗡

La multitud empezó a dispersarse abatidamente. Algunos trasladarían a los afectados hasta el campamento; otros rastrearían el terreno en busca de supervivientes, y la gran mayoría se encargaría de identificar y transportar a las víctimas para darles sagrada sepultura. Jauffre, cruzándose en el camino de muchos, alcanzó rápidamente a Martin y Alaia, y tuvo que reprimir sus ganas de sonreír al ver a la muchacha completamente prendada por el monje y su reciente descubrimiento.

—Veo que ya os habéis conocido —espetó él, en un intento victorioso por sacarla de su ensoñación—. Hermano Martin, es un placer. Soy Jauffre, el prior de la capilla del Priorato de Weynon.

Instintivamente, sacó su mano derecha de la larga manga de su túnica, ofreciéndosela al hombre.

—Conozco vuestro asentamiento —declaró Martin, encajándole la mano—. El placer es todo mío.

—Te lo agradezco —asintió Jauffre, cesando el agarre—. Aún así, no estamos aquí para adularnos.

—Habéis venido a brindarnos vuestra ayuda, ¿no es así?

—Por supuesto, pero no era nuestro único objetivo —admitió el anciano—. Hemos venido precisamente por ti.

Martin les miró a ambos con una extrañeza que atestaba sus ojos claros.

—¿Por mí?

—Estás en peligro —se añadió Alaia, mostrando un gesto de preocupación que podía leerse en su cara sucia—. Tienes que venir con nosotros.

—¿Cómo? —preguntó él, atónito—. Mirad, si esto forma parte de un plan divino, creo que prefiero no tomar partido.

Jauffre le dedicó una media sonrisa torcida en la que se denotaba su resignación.

—Lo hay —confirmó—, y me temo que estamos irremediablemente inmiscuidos en él.

—No creo que pueda seros de mucha ayuda. Ahora mismo me cuesta entender a los Dioses.

—Dioses o no de por medio, te necesitamos —dijo la muchacha.

Martin la miró fugazmente, y Alaia fue capaz de comprender el desconcierto que inundaba sus ojos. Acababan de sobrevivir a una batalla sin precedentes y habían vivido el infierno de primera mano. ¿Qué podía haber para él más importante a esas alturas?

—Pero, ¿de qué estáis hablando? —espetó él, sintiéndose aún más ofuscado—. He rezado a Akatosh desde que empezó el ataque pero no recibimos ayuda alguna. Sólo más daedras, más miedo, más muertes, más dolor. ¿Qué hay que pueda dar sentido a todo este caos?

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⏰ Última actualización: Jan 18 ⏰

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