«Personalidad Libertina»

CAPÍTULO X: De nuevo entre mis brazos

Pov. MyungSoo

Había decidido llamarle después de darle tantas vueltas al asunto. A pesar, de haber dicho que no lo llamaría, mis manos lo habían entendido diferente.

Le había marcado al llegar la noche, y con solo escuchar su voz la mía se había congelado, pero el que dijese que no era lo suficiente hombre me hizo salir del trance.

¿Cómo se atrevía?

Si le había demostrado que lo era, le había hecho mío de mil formas.

Su voz insinuante y traviesa, había podido conmigo haciendo que aceptase su trato, aun si jamás en mi vida me hubiese planteado tener algo puramente sexual con alguien.

Siendo una de las razones por la cual no quería llamarlo. Y, no obstante, por SungJong, mi mente lo había creído posible; Sin embargo, quería más que eso. Quería que fuese mi pareja, la persona con quien compartiese mis días; pero Lee, no quería nada de eso.

Me había surgido la idea de ponerle condiciones y desde el primer momento pensé que no sería fácil que los aceptara, es más, creí que me mandaría al diablo inmediatamente. Luego, yo me hubiese reído un rato por su inflexibilidad, diciéndole después que de todas formas iba a aceptar incluso si las condiciones me las ponía él.

Porque después de todo, las historias de amor no siempre son todas rosas.

Sorprendentemente, SungJong, había aceptado dos condiciones que jamás me hubiese podido imaginar.

Iba a ser sólo mío. MÍO.
Sólo yo tendría la dicha de tocarlo a partir de ahora.

Y lo más importante e increíble era que actuaríamos como una pareja, eso había calentado mi corazón.

Lo que SungJong creía que iba a ser nuestra relación, no era para nada de lo que sucedería en realidad.

Un juego nuevo había comenzando, y el único ganador sería yo.

Cuando él me abrió la puerta de su apartamento, lo vi tan apetecible que apenas la pude cerrar, lanzándome hacia sus labios sin aviso.

Lo había atraído a mí rodeando su cintura con uno de mis brazos, y siendo mi otra mano quien sujetase firmemente su mentón. Sabía muy dulce. Su boca y la mía juntas era una combinación explosiva.

Tras separarnos, nuestras salivas habían escurrido por las comisuras de nuestros labios.

— ¿En qué quedamos antes de venir?

Me miró molesto para luego acercarse rodeando su brazos alrededor de mi cuello.

— Yo no quedé en nada. Te dije que estaba cansado.

Sin embargo, porqué sentía que SungJong quería continuar.

— Eso es lo que tu mente quiere, pero no lo que tu cuerpo desea.
Me quieres ahora, Jong. Tus ojos me lo dicen.

— ¿Así? Pues dale. Solo voy a pedirte que seas suave porque en serio estoy cansado.

Este chico iba a volverme loco. ¿Suave, dice? Si él, es el primero quien me reclama por un beso.

Haciendo que se sujetará fuertemente con sus piernas alrededor de mi cintura mientras nos besábamos, fuí guiado a su habitación.

La luz estaba encendida cuando llegamos. Lo deposité en la cama abruptamente, escuchándolo quejarse más no presté atención a su protesta.

Algo en mí se había vuelto duro con tan solo tener un poco de fricción de nuestros cuerpos.

— ¿Cómo quieres que te castigue, bebé? No hiciste lo que te pedí.