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Yugyeom



La calidez de unos brazos alzándome, el susurro de un "hermoso" y la humedad de unos labios tocando mis mejillas me hicieron querer despertar. Sin embargo, mis ojos se negaban a abrirse, estaban pesados e hinchados. Tenía grandes ojeras oscuras por no haber dormido suficiente. Jaebum siempre había exigido el descanso regular para mí, ocho horas de sueño. Ni un minuto más ni menos.

La suave brisa traspasó mis abrigos estremeciendo mi piel. Me encogí e inconsciente me acurruqué más a ese pecho fornido y cálido. No sabía quién me llevaba en brazos, pero podía sentir lo trabajado y fuerte que eran. Me cargaba como si fuera de peso pluma, aquella persona se aseguraba de que yo estuviera cómodo.

—Despiértalo— escuché que decían. En medio de mi sueño pesado no pude diferenciar quien hablaba, pero aun así noté que estaba molesto, o más bien disgustado. —Él puede caminar solo. No tienes que llevarlo así. Se mal acostumbrará. No es un nene.

¿Uh? Eso fue claramente un insulto. No le presté atención y seguí aferrado a mi cargador personal. Por ahora solo quería descansar. Llegar a casa y meterme bajo las cobijas, abrazar a mi osito de felpa que Jackson me obsequió en San Valentín. Era un lindo pokemón. Jackson dijo que era para que nunca pudiera olvidarlo y que cuando yo tuviera a Jacky (como le llamé) en mis brazos, pudiera sentir que mi hyung estaba conmigo. Me gustó ese detalle. Amé que fuera así.

Bammie había estado de cotilla y como no, comiendo de mis chocolates que Jinyoung me obsequió también. Realmente este San Valentín fue algo anormal. Descubrí junto a mi cómoda tres sobres. Todas emitidas por la misma letra... J. Los tres mosqueteros les nombro mi mejor amigo.

Me rehusé a leerlos con él a mi lado. Seguro podría ir de chismoso con los hyungs y no quería que ellos se molestaran conmigo. Jaebum me llevó a cenar y casi le arrancó los ojos al pobre camarero que amablemente me dejó una rosa roja después de llevarnos los pedidos. Fue épico, nunca ví ese lado posesivo de Jaebum hacía mí. Pero nuevamente sentí ese gusto por su comportamiento, tan fuerte como lo que sentí con Jackson. Me gustó. Me encantó. Amé verlo de esa manera. Ni un minuto pensé en Jackson y eso que estoy convencido sobre mi amor a él.

Dios... ¡estoy enfermándome!

Jinyoung se rehúsa a irse de mi mente. Está presente todo el tiempo. Me molesta que no me preste atención. Quiero que solo me vea a mí. Ser el único que pueda hacerlo reír de verdad. Quiero ser el causante de ese brillo hermoso en sus ojos, que me vea con adoración, así como cuando mira un libro. ¿No es eso una peligrosa atracción?

Jaebum altera mis sentidos, juguetea con ellos a su gusto. Cada vez que tengo su atención, mis nervios se disparan. No puedo controlarlo, me deja en blanco total. Adoro ver sus pequeños ojos desapareciéndose cuando sonríe. Cuando dice mi nombre, puedo percibir cierto toque de picardía en él. Tan suave, despacio, casi queriéndome decir algo. Algo secreto que nadie debía saber. Un secreto tan suyo como mío. No puedo resistirme tanto a Jaebum. Él me domina totalmente.

A diferencia de ellos, de Jinyoung y Jaebum. Jackson me hace querer dejar de ser un niño inocente. Quiero descubrir cada detalle de su cuerpo. Probar con mis labios si su piel es suave o si es tan dura por los ejercicios como los marca sus músculos. Sueño con él. Y mi corazón late tan rápido, que a veces me da miedo que pueda ser escuchado.

Desde que lo conocí sentí esa conexión. Él era como el imán, y yo fui y me apegué a él. Me gusta estar a su lado, escucharlo cantar, bailar. Cada cosa que él hace, yo quiero ser partícipe. La necesidad de Jackson crece cada día más. Y se vuelve peligroso. Pero también necesario.

Y sin embargo. Ahora estoy confundido. ¿Por qué siento que necesito cada cosa de mis hyung? ¿Por qué no puedo dejar de soñar con ellos? ¿Por qué cada vez que siento esas pieles tocando aunque sea mis manos, enloquezco? ¿Por qué cuando Bammie me insinúa que les gusto mi corazón se acelera? ¿Por qué deseo ser besado hasta exprimirme por completo? ¿Por qué quiero pertenecerles?

Amor ConfusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora