Su cuerpo estaba tendido en la cama, su cabeza descansaba regando sus mechones grises por toda la almohada blanca. Su respiración pausada y lenta hacía de su pecho un sube y baja.
Podía verlo bajo las sábanas, escondiendo su rostro dentro de ellas. Avancé lento hasta sentarme a la orilla de su cama, mis ojos viajaron por su silueta marcada por esa afortunada y envidiosa tela.
El suspiro profundo que sus labios dejó escapar, me hizo sonreír levemente, ese niño jugaba a ser un adulto, ese niño jugó a ser un sabelotodo en temas del amor y ese niño olvidó que no era uno, sino tres chicos que deseábamos despertar a su lado, con él acurrucado en nuestros brazos.
Mis manos viajaron hasta la tela, quitándola cuidadosamente dejándome ver su precioso rostro, sus pestañas largas adornaban sus ojos, ese lunar perfecto bajo su párpado, sus mejillas sonrosadas y sus labios entreabiertas me tentaron para depositar un beso en su frente, seguir por sus mejillas hasta probar sus labios, esos suaves y rosados, las que deguste sin importarme que pudiera despertar. El ya dio lo que no debía a Jinyoung, él nunca debió ser el primero. Pero estaba hecho y lo único que deseaba era que no olvidara lo que yo también sentía.
Sus ojos se abrieron confusos, las cortinas aún ocultaban los rayos de sol. Parpadeó varias veces, haciéndome deleitar mi vista con el movimiento de sus pestañas. Sus manos se deslizaron por mi rostro, tocándome suavemente. Sonreí, gustoso. Yugyeom era especial, un solo toque de sus dedos o una pequeña sonrisa hacía de mi corazón algo irreconocible.
Y ahí estaba ese golpeteó salvaje contra mi caja torácica. Él levanto sus manos enredándolos en mi cuello, y me atrajo a su cuerpo. El suave aroma a miel que desprendía sus cabellos me hizo aspirar profundo, embriagándome de su dulzura.
-hyung, yo...- balbuceó.
Acaricié sus labios con los míos evitando que cualquier palabra saliera. Sé de qué me hablaría, sus mejillas lo delataron al incendiarse mucho más. Sé que recordaba los hechos pasados con Jinyoung, no me molestó en absoluto, de hecho, era beneficio para mí. Sin embargo, anhelé ser el primero en calmar sus temblores o dispersar sus nervios, acariciarlo cual cristal delicado, ahora, no sabría qué cambios tendría, tal vez le guste suave o salvaje, habría que descubrirlo.
Acaricie sus mejillas, besando su frente. Sus ojos incrédulos no dejaban de seguir mis movimientos. Rodé con él sobre mí, sentándolo sobre mis muslos, su precioso camisón blanco, con su tela suave y transparente me dio la mejor vista que pensé no tener jamás. Yugyeom se inclinó besándome suave y sin apuros. Sus labios se movían al compás de los míos, sus manos recorrían mi pecho, deteniéndose en los botones de mi camisa, sus ojos brillosos por el deseo tambaleó mi autocontrol, sin embargo conseguí evitar desnudarlo y tomarlo rudamente.
Yugyeom no era frágil, no era una princesa. Pero ante mí, Yugyeom era mi muñeco de porcelana, a mis ojos, él era ese alguien frágil, alguien a quien debería cuidar por sobre todas las cosas. No era débil, claro que no. Sin embargo era mi chico suave, sentimental, fuerte pero también vulnerable. Como un humano, como el negro y blanco, con sus pros y contras.
-En que piensas, hyung- me dijo. Mientras su boca jugaba con mi oreja. El suave susurro y su cuerpo pegado al mío eran tentativos.
-En ti- respondí, pasando mis manos por su espalda, masajeando su piel suave. -En lo mucho que me gustaría que fueras mi pareja Gyeom.
Dejó de besarme y temí que su reacción fuera algo que no deseaba. Pero ahí estaba, viéndome cálidamente. Sus mejillas volvieron a pintarse, y no pude contenerme. Conseguí sentarme y mientras mis labios atraparon su boca, mi lengua buscaba adentrase en él. Me dio acceso, y jugué en toda su cavidad bucal. Era dulce, sabores mezclados creando una adictiva. Pegué su cuerpo al mío, sus manos luchaban por quitarme la camisa. Pero recordé que: Debía estar dolido. Fue su primera vez después de todo.
-Sé mi novio, Gyeom- pedí.
Atrapó mi cuello en un abrazo, sollozando segundos después. Me asusté. Lo alejé de mí unos cuantos centímetros, notando las lágrimas saladas que recorrían su mejilla.
-Hey, ¿Que sucede?- pregunté.
No respondió.
-Gyeom, dime que pasa. - insistí. -Por favor, dime.
-Jaebum, hyung...- hipó. -Yo... Yo... No puedo
Sentí mi alma quebrándose, pero no lo demostré.
- ¿Por qué? - pregunté. Tenía que saber la razón. Si es por Jackson, no hay problema, si es por lo que pasó con Jinyoung, menos. Yo lo único que deseaba, era que él estuviese a mi lado. Amándome como yo lo amo también.
Solo quería eso. Quería amarlo. Darle todo lo que mi corazón siente. Quería que Yugyeom supiera mis sentimientos, que me dejara demostrarle lo que haría por él.
-Jinyoung y yo... bueno, creo que somos pareja.
Su voz suave y su mirada gacha fueron como una patada en el estómago. No, Gyeom. No así amor, no puedes pedirle a mi corazón que te deje de amar así como si nada.
- ¿Crees? - cuestioné.
Trató de alejarse de mí, y entonces afiancé el agarre en su cintura. Lo recosté suavemente gateando sobre él. Apoyé mis manos a los costados de su cabeza, mientras mi boca acariciaba la piel de su cuello.
¡Dios! Cuanto amé ese gemido suave que sus labios dejaron escapar.
- Jinyoung y yo, tuvimos, eh, hicimos el... el...
- ¿Tuvieron sexo?
Oh claro, nunca le diría que él y Jinyoung hicieron el amor. Yugyeom haría el amor conmigo. Él era mi chico. Estaba escrito. El destino así lo dijo.
- Sí - susurró. Cerrando los ojos, dejando que mi lengua lamiera su pecho.
¡No puedo dejar de pensar que la maravilla y el arte estaban creados en un chico!
Dejé de besarlo para acomodar su camisón. Me quité sobre él gateando hasta sentarme al borde de la cama. Sentí movimientos tras mío y luego a Gyeom sentarse al lado mío.
-Jaebum hyung- susurró. -No quiero lastimarte hyung, yo te amo y mucho. Pero, ¿Cómo aceptaría ser tu novio si también amo a Jinyoung y Jackson?
Mi corazón dolió.
No sabía que dolía tanto esta situación.
- ¿Cómo podría verte a los ojos si tal vez hoy o mañana amanezco en la cama de ellos?
No diría nada.
- ¿Me amarías igual si salgo a la calle agarrados de la mano con alguno de ellos?
Te seguiría amando igual aunque me dejes de lado.
Acunó mi rostro entre sus manos y cuando nos vimos a los ojos, esa tristeza que sentía también sus hermosos ojos lo transmitía.
- Sabes que te amo- le dije, esta vez hablaría con todo sinceridad. -Aun si me dices que no, aun si me alejes de ti. Si me pides que me valla lo haré para que seas feliz. No me importa lo doloroso que sea yo siempre velaré por ti, eres mi vida bebé. Te cuidaré a la distancia. Cuando entendí que te amaba pensé que me molestaría con esto, con los chicos. Y no es así Gyeom, no es así, me encanta verte feliz. Amo verte sonreír, quiero que estés bien bebé. Y quiero ser parte de tu felicidad.
En medio de sus lágrimas, una sonrisa iluminó su rostro.
-Hazme el amor, Jaebum hyung.
Y lloré.
Y conocí la felicidad absoluta.
Y entonces recosté su cuerpo en nuestro nido de amor.
Él era para mí y yo era para él.
Pero... haríamos el amor después. Ahora solo quiero mimarlo, dejarle en claro qué: jamás dejaré de amarlo.
__💚__
Al fin!
Un capítulo más.
Es normal que tenga dudas ¿no?
Después de todo, son tres bebés para él solo.Que envidia Gyeom!
Por cierto!
Dalkyum y Yugy juntos son unas bolitas de ternura completa!Ay!
DYE ¡fuera!
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Amor Confuso
FanfictionKim Yugyeom cree amar a Jackson Wang. Pero sus ojos no pueden separarse del hipnotismo de Park Jinyoung. Tampoco dejar de lado la ancha espalda y ojos pequeños de Im Jaebum. Jackson está un paso adelante. Mientras Jaebum odia el hecho de que Jinyou...