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Youngjae masajeaba a cada segundo su cansada espalda. Las horas que llevaba sentado en la misma posición ya no le importaba, lo único que realmente captaba su atención, era la tremenda incomodidad que rodeaban a los tres mayores sentados en el sofá. Ellos mantenían los brazos cruzados, la tensión en sus músculos se apreciaba muy bien, y eso que el menor estaba sentado a más de cinco metros.

Golpeaba su lápiz en la mesa y su cuaderno de notas se mantenía abierta. Su investigación necesitaba todo el enfoque posible. Su percepción había mejorado bastante, estaba inmerso en descubrir el final de la historia. Aunque muy en el fondo podía ver la luz al final del túnel. El Maknae le otorgó la respuesta que necesitaba.

Dirigió sus ojos a las escaleras, tan solo para ver bajar al centro de la discordia. Yugyeom se restregaba los ojos, intentado despertarse. La alarma hace treinta minutos sonó, sin embargo el único que no se apresuró a levantarse, era él. Aún usaba su pijama, ese color celeste con figurillas de conejos le sentaba bien. Sus mechones grises que apuntaba en diferentes direcciones. Encantador fue lo que pensó.

Yugyeom embobaría a cualquiera. Youngjae siempre lo supo.

Rápidamente estudió a detalle la reacción de sus hyungs. Jackson quiso ponerse de pie e ir a su encuentro. Pero un tirón en su brazo lo hizo sentarse rudamente. Jinyoung presionaba fuerte contra su piel. Enrojecería y Jackson lo odiaría, pero ahora mismo sólo podía resignarse. La voz del líder, bastante autoritario resonó por sus oídos.

—Siéntate— le ordenó.

Youngjae tomó su lápiz. Buscó la hoja dedicada a Jaebum y escribió.

Im Jaebum

Nada agradable. Demasiado gruñón. Pero muy guapo y varonil. Responsable y muy seguro de sí mismo.

Yugyeom probablemente lo querrá para mantener el equilibrio entre la sensibilidad y chantajismo. Le atrae su ceño fruncido y ese rostro neutral. Sabe que con él, su vida caminará por el sendero más apropiado. Él conoce el interior de Jaebum, por eso lo elige.

Hiperactividad + Seriedad = Un futuro cadáver.

Dejó escapar una risilla tonta imaginando que el futuro cadáver no era nadie más que Yugyeom. Pues le era demasiado improbable que el mayor fuese la victima de Kim. O, tal vez se equivocaba y Jaebum si podría ser la victima de Yugyeom. ¿Quién sabe?

El aroma mañanero de Yugyeom inundó sus fosas nasales. Él olía a dulce, el perfume de vainilla se paseó por cada rincón de la habitación. Jinyoung inhaló profundo, cerrando los ojos y adornando su calmado rostro con una ligera sonrisa. Youngjae rápidamente escaneó sus movimientos, apreciando cada centímetro de su cuerpo.

Aun así no encontró nada que fuese diferente, porque Jackson también hizo lo mismo. Inhaló de tal forma que cuando exhaló fue ruidoso, ganándose miradas de reproche.

Yugyeom ajeno a eso, continúo su recorrido hasta llegar a la cocina, tomó una taza y se sirvió un poco de chocolate. Jinyoung frunció el ceño y a zancadas llegó hasta arrebatar la bebida que el menor casi bebió. Unas cuantas gotas salpicaron su rostro y unos ojos ardientes se posaron en él.

—Gyeommie— susurró. —Esa no es la manera adecuada de alimentarte— El azabache tomó una servilleta de papel en la mesa y suavemente limpió cada gota en su rostro, con cuidado de no mancharlo más. Yugyeom se sonrojó furiosamente y la sonrisa infantil en su rostro iluminó rápidamente la mente de Youngjae.

Golpeó nuevamente el lápiz sobre la mesa pensando minuciosamente el dato a escribir. Youngjae quería seguir paso a paso la situación en la que el menor del grupo estaba involucrado. Realmente le parecía inquietante pensar en el final. ¿Cómo le haría Yugyeom para poder elegir?

Amor ConfusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora