Me odio (Capitulo II)

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Estoy  cansado de esto...—Susurró el coreano mientras se ponía las orejas de gato y se quitaba la camisa.

jimin…¿me amas?— se acercó el mayor y lo acorraló contra la pared.

El menor asintió y se acercó para besarlo, pero no pudo ya que el otro dio un paso hacia atrás.

sabes que aquí no por que estamos trabajando—tomó la cámara y le tomó una foto.

Lo siento...no te enojes conmigo— susurró bajo y caminó hacia la pantalla en blanco.

Nam le sonrió de lado y comenzó a tomar más fotos en diferentes posiciones cada una más sugerente que la anterior.

Después de unas horas el menor ya estaba listo para su nuevo cliente, usaba lo que él pidió, unas medias altas y una camiseta holgada con maquillaje corrido.

Nam... ¿Realmente es necesario que me exponga a esto?— se acercó al mayor.

—jimin... ya te dije que necesito pagar una deuda y sabes que si no lo hago me van a matar. No quieres que eso pase o ¿Si?—habló el mayor mientras guardaba sus cosas.

—Pero podemos trabajar de otra forma, odio este empleo, no quiero tener que acostarme con estas personas...lo hago todos los días con alguien extraño cuando solo quiero... estar contigo—

Ah! Ya cállate. Me cansé de que siempre estés reclamando lo mismo. Si no quieres hacerlo pues simplemente vete pero eso si, te olvidas de mí para siempre—gritó el mayor y lo miro fríamente —Bien sabes que yo puedo conseguir a otro fácilmente—camina hacia la puerta  —Así que guarda silencio y ábrele las piernas al anciano de hoy que ha pagado muy bien por ti—se fue dejándolo parado en medio de pasadizo.

Jimin lo vio irse, se asustó con el golpe de la puerta y sin levantar la mirada entró a la habitación en dónde ya le esperaba el cliente.

Pero que tierno eres...me encanta— susurró el anciano mientras se desabrochaba el pantalón.

me llamo Hungiou...y seré su esclavo esta noche— susurró y dio una largo suspiro sabía que está sería otra aterradora noche...una de las tantas pesadilla que vivía desde que estaba con él.

Déjame Volar ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora