Déjame Volar Contigo

Engaño ( Capitulo VII)

Jimin salió de la habitación media hora después de que el mayor se fuera prometiéndole liberarlo de ese lugar, sin embargo él no estaba totalmente convencido de querer eso, ya que eso implicaba alejarse completamente de Nam y eso era algo que él simplemente no soportaría.

—Creo que solo estoy confundido...debo decirle a Nam todo lo que pienso y así se arreglaran las cosas— pensó el menor mientras caminaba por los pasillos del hotel hasta su habitación con la de Nam.

Bajo por el ascensor hasta el primer piso, exactamente tenía que llegar a la habitación 105, lo más probable es que el rubio este descansando todavía y lo despertará con el desayuno en la cama como siempre lo solía hacer.

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—Nam...ah...ah...más— gimió el castaño mientras se sostenía del marco de la cama.

—Jo...joder...esto es delicioso...me tienes loco— siguió penetrando el rubio

—Ah...ah...ah... más más…—su rostro se encontraba sudado, con la camisa desordenada, y los pantalones abajo.

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Jimin oyó gemidos que salían desde su habitación y sintió cómo su corazón se detenía en un instante y todo pasaba muy rápido, se acercó más a la puerta y pudo reconocer la voz de su novio, estaba agitada, y no estaba solo.

Cerró los ojos fuertemente mientras giraba la perilla lo más lentamente posible para no ponerlos en alerta, sabía que lo que venía iba a ser muy doloroso pero no soportaba vivir de esta forma, desde hace ya algunos meses él sospechaba que Nam le era infiel, ya que este apenas si notaba su presencia cuando dormían juntos.

—...— el pequeño entró a la habitación y se quedó fijo al suelo al ver la escena en la que se encontraban. Su novio estaba de pie mientras penetraba con rudeza a Jin, lo había visto en otro tipo de catálogo, no dijo nada, tan solo observaba hasta que Nam notó su presencia.

—Joder...Jimin— salió del castaño y comenzó a abrocharse los pantalones mientras se arreglaba la camisa.

—Soy un idiota...— susurró Jimin mientras sus ojos se ponían llorosos y su nariz se teñía de rojo.

—No...no es lo que parece— trato de arreglar Jin, que se había arreglado lo más rápido posible.

—Tu callate!— le gritó al Castaño.

—Jimin...puedo explicarlo...veras es la primera vez...no ha pasado antes...sabes que yo te amo ¿verdad?— trato de tocarlo pero el menor se alejó de él en un movimiento rápido.

—Callate Nam! Estoy cansado de fingir que te creo, que aquí no sucede nada, que soy feliz así— le gritó el menor.

—Yo...no sé qué decir— se rasco la nuca el mayor.

—No dices nada porque simplemente no te importa lo que yo sienta— sentenció el pequeño.

—Jimin...yo...lo siento— trato de abrazarlo pero más bajo le propinó un fuerte golpe en la mejilla.

— Terminamos Nam, ya tuve suficiente de tí— hablo serio el menor y salió de la habitación que lo asfixiaba mientras sentía como sus mejillas estaban húmedas.

Unos minutos después estaba en el vestíbulo hablando con la recepcionista, necesitaba hacer una llamada.

—¿Bueno?—habló una voz fría.

—Suga...soy Jimin...te necesito—susurro el pequeño mientras sentía un fuerte dolor en el pecho.

—Voy por tí, no hagas nada— colgó el mayor.

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El mayor se sentó en la cama con una mirada pensativa, realmente era un idiota, ese chico de mejillas bonitas, realmente lo amaba y demasiado, a tal punto que había accedido a prostituirse por él, para ayudarlo con la deuda que tenía debido a esa estúpida apuesta.

—Nam...—se acercó el castaño

—Dime— respondió cortante

— ¿Ahora que harás? —susurro el otro mientras le tomaba la mano y jugaba con sus dedos.

—¿A qué te refieres?—se giró para verlo mejor. —Pues, sin Jimin no hay forma que te puedas hacer cargo de la deuda y mi padre no perdona, menos si hay mucho dinero de por medio—

—No lo sé Jin, lo más seguro es que el me mate y así acabamos con esto— sentenció el rubio —Al fin de cuentas...yo no tengo a nadie—

—Me tienes a mi— le besó la mejilla al menor mientras este se sorprendía gratamente.