nueve: consultando a uno mismo

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La noche se avecinaba, hundido en sus pensamientos, buscando quién sabe qué. La casa apagada.
Suspiro de amor en la habitación de Murdoc, en la sala llanto de engaño de Darwin.

Recostado viendo el techo blanco. Sus pensamientos estaban en pleno vuelo. Pero todos en órbita alrededor de la peliazul, la estrella de los astros hechos pensamientos.
De uno a otro iban cambiando del más tierno y dulce cómo una sonrisa de la peliazul a cada vez más erótico y picante cómo tenerla bajo él.
Trato de esfumar esos pensamientos de su mente, pero permanecieron allí.
Entonces la música se prendió y éste con tal excitación danzó solo. A un ritmo de lento a rápido en pasos y movimientos tan buenos. Hasta llegar a la pequeña muerte. Un suspiro.
Se sentía tan sucio al pensar esas cosas de Summer.
Esto era realmente raro, no salían, no eran amigos, no eran nada.
Eran individuos que de vez en cuando se veían, se abrazaban y actuaban de manera casi romántica compartiendo charlas extensas y profundas.


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Larry tocó la puerta. Murdoc atendió.
No, no vino por una cerveza, tampoco por mirar las estrellas juntas, ni comer pizza y pasar el rato. Vino de niñero.
Darwin comenzó a tener miedo a la soledad, Murdoc comenzó a sospechar de que era la reina del drama. Pero no le importó y trajo a su amigo Larry para que cuide bien de Darwin.
Lo hizo pasar luego de un breve saludo.

—Menos mal que vienes, sino tendría que cancelar mí encuentro con Summer —habló Murdoc.

—Si, sí. ¿Pero cuando nos la presentarás? —preguntó algo desinteresado.

—Hm… no lo sé…

—¡Amigo! Ya nos has dicho eso la última vez, y la anterior y la anterior de la anterior y otras cinco veces más.

—¿Y? ¿Qué te incumbe conocerla o no? —cuestionó Murdoc.

—¡Nada…!, Pero estoy empezando a sospechar de que sales con un traba en lugar de una zorra del montón.

Murdoc fruncio el ceño. Estaba furioso, apretó los puños y se largó dando un portón, subió al auto y murmuraba insultos es todos los idiomas.

Mientras tanto Larry estaba un poco enojado, ya que su amigo se enojó por una estupidez ¿Cuándo entendería que no la quiere presentar porque teme que se la roben? Aunque obviamente eso nunca pasaría.
Miró a la sala, un desastre completo, observó que Darwin estaba dormido y subió a la habitación de Murdoc. La cuál también estaba desordenada, se quitó los zapatos y se recostó a dormir.

Del otro lado de la ciudad estaba Murdoc, con el ceño fruncido esperando a Summer. La cuál hizo dibujar una sonrisa y olvidar su absurdo enojo.
Ésta vez apareció con una gargantilla y un vestido celeste muy corto que hacía lucir sus lindas piernas. Llevaba unos zapatos negros y unos calcetines muy elegantes. Ésta vez iba bien peinada y se había maquillado diferente, pero hermosa. El peinado le había cambiado.

Parecía otra mujer.

—Hola dulzura —habló primero Murdoc, quién estaba algo atontado por la belleza de su ajena.

—Hola Murdie —saludó Summer y le dio un pequeño beso en la mejilla a Murdoc.
Ésta ya era la quinta vez que se veían. Era maravilloso.
Ambos planeaban ir a un bar, pero al rato de estar allí y el no poder oír bien el otro, se encaminaron a la casa de Summer.

—… y por eso Black Sabbath es mí banda favorita —concluyó su linda historia acerca de su primer amor, la música. Abrió la puerta de su departamento.

—¿Quieres pasar? —preguntó la peliazul.

—Está bien —contestó Murdoc. Prendió la luz amarillenta que iluminó la preciosa sala-comedor.

—¿Quieres algo para beber? —preguntó mientras ésta se servía un vaso de agua. Murdoc negó con la cabeza repetidas veces, aunque Summer insistió solo dos veces.
La charla iba como un sueño, la que siempre le hubiera gustado tener a Murdoc. Una cosa llevo a la otra y…

—He oído de Paula, una amiga, que tú eres un mujeriego ¿No es así? —preguntó Summer, Murdoc, apenado, asintió.

—Oh, yo nunca he tenido experiencia con hombres, ya que… —tragó saliva Summer.
Quedaron en un rotundo silencio incómodo.
Murdoc decidió irse, ¿Su posible futura novia era una ex lesbiana?, Era su pensamiento al no saber que la bisexualidad existía.
Era una leve confusión, tal vez tenía razón desde un principio y que era lesbiana, seguro su novia era horrible, pensaba.

Entonces un pequeño dolor en el corazón invadió, tal vez tenía razón y esto nunca funcionaria de ninguna manera, que solamente debería alejarse de la vida de Summer antes de sufrir mutuamente. Murdoc sabía muy bien daño que le causaba a las mujeres. No quería dañar a Summer, definitivamente no. ¿Quién sería capaz de dañar a un ángel? Solo un demonio cómo él.


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Despertó con el temor de que pronto, tal vez, Summer se iría de su vida y luego de una larga noche de pensar aquello, de la ex lesbiana, tal vez si quería intentarlo aunque no funcionara.
Se levantó y cogió el móvil, entre sus contactos a las 5 am apenas saliente el sol, llamó a su cita.
La voz de Murdoc se oyó tímida y rara. Pero todo tomó color cuando una linda risita y una aceptación que le hicieron sonreír por lo menos una semana de lo lindo que se oyó.
“Me encanta estar a tú lado, siempre quiero estarlo, probablemente será”.

hi sweetheart;; 2doc.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora