dos: amigables charlas.

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Murdoc había despertado temprano, aún no se veía el sol por la ventana, asumió que serían las cuatro o tres de la mañana, cambió de posición e intentó dormir, pero no pudo ya que le vibró el celular y automáticamente lo agarró. Efectivamente eran las tres de la mañana, para ser exactos 3:43 am, revisó quién era: Larry, Murdoc se limitó a contestarle, aunque su amigo le siguió enviando un mensaje tras otro, el azabache se tapó la cabeza con su almohada, hasta que lo llamó el castaño. El de tez oliva agobiado atendió el llamado.

—¿Ahora qué querés a las tres de la mañana? ¿Sabes que trato de dormir? — preguntó con alteración Murdoc.

—¿Qué? Creí que seguías en la fiesta y para asegurarme de que no estabas borracho o besándote con los gays, te llamé — respondió Larry del otro lado.

—Já ¿Te preocupaste por mí? — preguntó Murdoc con una sonrisa burlona.

—¿Qué? ¡No!, Hey ¿Qué pasó que volviste a tú casa?.

—Ya sabes, estaba aburrido y... — en ese instante el azabache se acordó de la chica de cabello azul —, y ví una chica de cabellera azul, era tan linda. Pero me pilló mirándola entonces decidí ir a buscar a Darwin para irnos y nos fuimos — respondió el azabache salteando la parte incómoda.

—¿En serio? ¿Y no decidiste hablarle? ¡Que imbécil!.

—Lo sé — suspiró Murdoc —, ¿Y Tyler? ¿Fueron a tu casa al final? ¿O lo llevaste a la suya?.

—¿Tyler? Vino a mí casa, sí, suena gay, pero el quería. Luego lo llevé a la suya porque se quedó dormido en el sillón; acabo de llegar después de dejarlo — respondió Larry y Murdoc rió, pensando en lo gracioso que se vería.

—¿Salimos a caminar? A decir verdad tengo algo insomnio. Dormí solo una hora y me desperté antes de que me llamaras; y a mí casa llegué a las 10 — propuso el azabache.

—Está bien — aceptó el castaño —, ¿Nos vemos en el parque?.

—Sí — respondió el azabache cortando la llamada rápidamente, y se dirigió al armario para ponerse unos pantalones vaqueros obscuros y con algunas partes rotas.
Bajó a la planta baja y buscó su chaqueta de cuero, se fijó en los bolsillos si llevaba lo necesario, se colocó unos zapatos y salió por la puerta la cual la cerró con la llave.

Empezó a caminar en dirección al parque, el cual no estaba a muchas manzanas de su casa, miraba a algunas casas con la débil iluminación de los postes de luz. Era un lugar bastante tranquilo a comparación de su pueblo natal: Stoke-Trent-On, las mujeres por las mañanas de saludaban cordialmente, había mucho silencio por las noches y a la hora de tomarse siestas. Murdoc era la excepción, el ponía música algo fuerte y estaba así horas y horas; algunos ancianos iban a decirle que le baje el volúmen y él les hacía caso, pero cuando se emborrachaba nunca les hacía caso y hasta a veces tenían que llamar a la policía.

Sin darse cuenta llegó al parque y buscó a Larry, el cuál estaba sentado fumando un cigarrillo, Murdoc se acercó a su buen amigo -Cabeza de sapo, tardaste mucho - habló el castaño.

—Vine caminando, no tengo auto, imbécil — justificó el azabache y su contrario sonrió.

—En realidad no tengo ganas de caminar, quiero estar sentado aquí.

hi sweetheart;; 2doc.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora