Capítulo 22

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El Edificio de la Justicia

 

Todos permanecieron callados. Yo… a mí me resultaba imposible describir mis sentimientos. Parecía una de esas historias de fantasía que me gustaban tanto, cuando me sumergía en mis libros. ¡Y es que tenía profecía y todo!

Había alguien entre ellos que les salvaría de la catástrofe. La verdad es que fue un alivio saberlo. Al menos, había una esperanza a la que aferrarse. El problema era: ¿quién no temía a la hechicera? Puede que todos quisieran acabar con ella ¿pero acaso no les paralizaría el miedo a la hora de hacerlo?

De repente, la mujer desapareció entre una niebla densa azul como sus ojos; el silencio quedó atrás.

Me pareció que, al igual que yo, también era la primera vez que escuchaban la canción –y con ella la profecía-, así que no  me sentí en desventaja ante las nuevas noticias.

Todos rumoreaban sobre todo: los tiempos oscuros aún no habían terminado, la luz se apagaba, pero había alguien entre ellos que podía salvarles. La cuestión era: ¿quién? Estaba segura de que la misma pregunta rondaba la mente de todos los presentes.

Esperamos a que la calle se despejara un poco y bajamos. Vi que Liam saludaba a alguien en la lejanía y luego se despidió de nosotros para ir a su encuentro.

-¡Hola Jessica!-. Me giré.

-¡Markson! –saludé.

-Oh, ¡sabes mi nombre! –Rió- me siento importante. ¿Qué tal el espectáculo? ¿Te ha gustado?

-Gustar es quedarse corto… me habéis dejado sin palabras –admití.

Sonrió aún más alegre.

-¡Vaya! ¿Sabías? Soy un miembro del Consejo. Cuando me citaron dije: ¡yo la conozco! Supongo que nos veremos en… -miró su reloj de pulsera- ¡madre mía, veinte minutos! Deberíamos darnos prisa.

¡Veinte minutos! ¡Pero qué rápido pasaba el tiempo allí! Tenía la constante sensación que había algo en el mecanismo de Crystalraise que hacía las horas más cortas, o al menos a mí me lo parecía… pero supongo que sólo era eso, una impresión mía.

Miré a Will y a los demás, y a Will. ¿Cuándo volvería a verles?

Kail se me adelantó:

-Mañana tenemos clase, pero…

-Podemos quedar por la tarde –fue Will quién lo sugirió. Me entusiasmé absurdamente.

-De acuerdo –tampoco no quería que mis sentimientos me delataran. ¡Me gustaban tanto mis nuevos amigos! No conseguí ocultar mi alegría del todo, una sonrisa traidora me delató. Pero bueno, ¡tampoco esperaba poder evitarla!

-¿Nos vemos mañana entonces? –Preguntó Claire- vendremos al Hospital.

-Yupi… qué bien lo vamos a pasar… -añadió Ivy irónicamente, mientras se marchaba caminando con pesadez y aburrimiento. ¿Pero que podía haber hecho para disgustarla tanto? Jamás nadie me había odiado con tanta rapidez y sin motivo aparente.

-¿Vamos juntos hacia el Edificio de la Justicia? –me invitó Markson-, así no te perderás, esto debe ser un laberinto para un extranjero… además, ¡quiero conocerte! –Volvió a mirar su reloj- ¡pero rápido! ¡Quince minutos!

-¡Vamos, vamos!  -no quería llegar tarde a la reunión, estaba muy interesada en escuchar todo lo que se tenía que decir, y además, no quería causar mala impresión.

Wild OceanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora