Capítulo 26

1 0 0
                                    

Magia terrorífica

-¿Te ayudo? –preguntó Will, gentilmente. Montar tiendas nunca había sido lo mío. Y Emily estaba ayudando a Jace. ¡Pero en qué estaría pensando!

-¿No tienes que…? –me giré para señarlarle su tienda, pero vi que ya la había montado-. No me vendría mal ayuda –admití, encantada de pasar más tiempo con él.

Me miró divertido y se situó justo detrás de mí, piel rozando piel, para recolocar los palos que sostendrían de techo. Sentía como si me rodease con sus brazos y torso musculados, protegiéndome de cualquier peligro. Ese detalle me hizo sonreír.

-¿Con quién vas a dormir tú? –pregunté, con curiosidad.

-Con Kail –otra larga mirada. Él tampoco parecía querer dormir con quién le había tocado.

Estuvimos un rato en silencio, él trabajando y yo ayudándole con lo que podía.

Cuando terminamos de montar la tienda, entré dentro para guardar mis pertenencias. Los crystalraisers tenían un sexto sentido del espacio. Juraría que cuando entré la tienda había doblado su tamaño. Era muy primaveral. Tenía azulejos y flores violetas pintados en las paredes elásticas y el suelo estaba hecho de alfombras de tonos verdes. Había un pequeño escalón que llevaba a un especie de cavidad que serviría para guardar cosas. El estilo de Emily.

Como esta se había perdido por ahí con Jace, fue Will quién me ayudó a colocar las cosas dentro. No teníamos la mochila de Emily, así que sólo ordenamos las mías. Él ya lo había hecho todo. “¡Pero qué rapidez!”. Cada detallito de esos hacía que cada vez me sintiera más atada a él.

Entre los dos conseguimos meter el enorme colchón doble que Emily había traído y lo situamos en una esquina. Aún y siendo enorme, todavía quedaba mucho espacio. Cuando me tumbé encima, me pareció oler a rosas dentro.

Improvisé unas sábanas con los sacos (Emily sí había dejado su saco ahí) y Will iba sacando cosas de la mochila. Ropa sobretodo.

-Caramba, hasta me dan ganas de dormir ahí –dijo, fijándose en mi trabajo. Yo sólo me sentí capaz de reír. ¿Por qué tenía que dormir con Emily? Aún así, tampoco podía preguntárselo sin más, qué vergüenza… - ¿qué es esto? –había sacado mi diario de la mochila.

Me acerqué.

-Mi diario, mi padre me lo regaló.

-¿Un diario?

-¿No sabes lo que es un diario? –dije, sorprendida.

Me miró curioso. Sus ojos eran de mi color favorito, como un mar claro en un día soleado.

-Pues… -continué- para inmortalizar recuerdos, escribimos nuestro día a día en un libro, un libro como ése –señalé al libro morado.

Lo ojeó.

-Está en blanco.

-Ya… se me había olvidado que lo tenía, pero lo traje para escribir algo.

Lo guardó cautelosamente en una estantería y continuó sacando cosas.

-¡Hola chicos! ¿Qué hacéis? –Emily se asomó con una sonrisa en la cara.

-Nada, colocar un poco todo esto, ya que tú no aparecías… -bromeé.

-¡Jess! ¡Lo siento mucho! Estaba… he perdido la noción del tiempo –parecía nerviosa y feliz. - ¿puedo ayudar en algo todavía?

-No hace falta Em –Will le acarició el brazo afectuosamente- ya casi hemos terminado.

Wild OceanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora