Capítulo 3: Vuelta al mundo humano

44 2 0
                                    

Actualmente:

-¿Begonia quieres café?

-No papá, llego tarde al instituto.

-Bueno corazón de mi alma ten cuidado, no vueles muy rápido.

-No pasará nada papi me voy.

Salí volando de la cocina y llegué enseguida al instituto donde mis "amigas" me estaban esperando.

-Begonia, por fin llegas ¿Quieres que te haga un zumo de cereza?

-No Dalia está bien. -Dije mostrando una sonrisa falsa.

-Begonia ¿Necesitas los apuntes de Mundo Fior?

-No Delfine, tengo los mios propios. -Mostré otra sonrisa falsa- Gracias de todos modos.

-Ama ¿Te llevo el bolso?

-Esta bien Flower.

Flower cogió mi bolso y fuimos a la clase submarina de Artes Sireniles.
En esa asignatura las hadas usamos nuestros poderes para respirar bajo el agua ya que la profesora es una sirena. La clase consiste en cantar, cantar y cantar... vaya estupidez.
Al ser una Swany se me dan bien todas las asignaturas, ya sean de hadas, sirenas o duendes.
Mientras la profesora hablaba de como debemos entonar yo solo estaba pensando en como es mi vida.
Mis "amigas" tan solo quieren que yo las haga populares, no me niegan nada y me hacen la pelota todo el tiempo. Mi supuesta "mejor amiga" Flower estaba siendo controla por mi desde los 10 años. Había intentado que dejara de tratarme como su ama pero por desgracia para mí, cuando le corrompí la mente aún era inexperta lo que hizo que ella nunca más volviera a ser la misma.
Me siento muy mal. Ya no soporto la misma rutina todos los días, lo hecho de menos.
Quiero ver a mi niño, a ese niño que dijo que yo era su hada. Al niño que nunca me trató diferente por ser una Swany.

Cuando llegué a casa mi madre se acercó a mi y me anunció algo con una sonrisa:

-Hija mía, ¿Recuerdas que hace unos años me pediste que te avisara dos días antes de que se cumpliera el quinto aniversario de tu salida al mundo humano? -Yo asentí- Pues ese día a llegado.

No puedo explicar lo que sentí en ese momento al oír esas palabras. Iba a volver. Por fin volvería a ver su hermosa sonrisa.
Abracé a mi madre y fui volando a mi cuarto tenía mucho que preparar.

Los 2 días siguientes arreglé lo de mis faltas al instituto ya que había decidido quedarme como mínimo un año en el mundo humano.
Cuando llegó el día fue muy parecido a lo que había sucedido 5 años antes. Mis padres lloraban diciendo que tenía que contactar con ellos mientras que mis "amigos" decían que me extrañarían.
Cuando me despedí de todos crucé la frontera y llegué al mismo bosque que recordaba. Como supuse que sería malo si un humano viera mis alas hice algo que en aquel entonces no sabía hacer. Las oculté.
Estuve andando un buen rato hasta que en el lago donde 5 años antes había salvado a mi niño encontré a un humano joven besándose apasionadamente con otra humana.
Ambos estaban tumbados a orillas del lago. El chico estaba encima de ella y parecía que le estaba metiendo mano.
De pronto la chica pareció darse cuenta de mi presencia. Yo me sentí super incómoda e hice como que no había visto nada y seguí caminando pero entonces oí gritar a la humana:

-¡Danicel dijiste que por aquí no pasaba ya la gente, pero acabo de ver a una chica con ropa rara mirándonos con cara de sorpresa!

¿Ropa rara? ¡¿Pero que diablos dice esa asquerosa humana?! Llevo un vestido de tirantes verde hasta la rodilla, unas sandalias con una flor a cada lado y una adiadema negra con una rosa en el lado izquierdo. ¡No voy rara! ¡Esto es la moda en Refugio Místico! Debería mirarse su ropa, eso si que es asqueroso.
Creo que quiero vomitarle a esa horrible humana encima.

-¿Una chica, paseando por aquí con ropa rara? -Preguntó confundido el humano.

-Si no me crees quítate de encima y date la vuelta está mirando para aquí con cara de enfado! -De pronto la estúpida humana empezó a llorar- ¡Creo que nos va a matar!

El chico miró extrañado a su compañera salió de encima suya y se dio la vuelta para mirarme.
Me quedé petrificada. Hasta ahora solo lo había visto de espaldas pero una vez que lo vi mirando hacia mí lo vi perfectamente.
Era hermoso.

AladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora