Un encuentro atemporal.

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  Muchos años más tarde resuena la leyenda de Artorias, el Caminante del Abismo, que dispersó el Abismo en Oolacile y rescató a la princesa Anochecer. Esta misma noble se encuentra ahora apresada en un gólem de cristal, y del no muerto elegido depende su liberación. Una vez acabamos con su opresor y la liberamos de su prisión, nos dedica unas palabras si cumplimos con ciertos requisitos: "Puede que te resulte algo peculiar, pero... Hace mucho tiempo, en mi hogar de Oolacile, fui asaltada por una criatura del Abismo. Habría perecido en aquel entonces, de no ser por el gran caballero Artorias. En verdad, apenas pude ver lo que ocurrió, ya que mis sentidos estaban colapsados. Pero incluso así, había algo sobre Artorias... Un cierto equilibrio de los humores... Que pega perfectamente con tu semblanza. Cielos, no podría ser que..."

Aunque al final descartaría esa teoría, Anochecer había dado en el clavo. No fue Artorias quien la rescató de , si no tú, el no muerto elegido, que había viajado al pasado por una brecha temporal. Tú fuiste quien derrotó a Manus. Tú fuiste quien salvó a Sif, protegido por el mágico escudo de Artorias. Tú fuiste quien salvó Oolacile de su aciago destino... Pero Elizabeth decidió esconder la verdad al mundo, otorgando tus hazañas a Artorias, una figura tan heroica y con tanto valor que, de saberse su verdadero destino, habría acabado con las esperanzas de las buenas gentes de Lordran. Lo cierto es que esta decisión, probablemente, era la mejor de todas, como terminaría demostrando su gran legado con el paso de las eras.

 Lo cierto es que esta decisión, probablemente, era la mejor de todas, como terminaría demostrando su gran legado con el paso de las eras

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Dark Souls: Artorias, el Caminante del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora