6- Si muero antes que tu

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Recuérdame un poquito y aún muerto viviré.

En días de enero surge esa leve sensación en tu vida de ver y sentir que todo va más despacio o más rápido, te da miedo, te vuelves pensativo, te preguntas, te miras, y de la nada aparecen más de esos momentos que suceden en la mañana cuando te despiertas, te sientas en tu cama; quizás con un café, mientras tus ojos recién nacidos nuevamente se pierden en lo profundo de la existencia por unos instantes y después te preguntas a dónde haz ido mientras con poca energía comienzas el día.

Mi pensamiento principal para esos días ha sido en el fin de esta maravilla, de este error, de este estorbo, de esta cosa bonita de alguien, de mi mamá, mis hermanos, mis amigos, quizás de la vecina o quizás del vecino, y entonces empiezo a planear mi último día y echo un vistazo a lo que he hecho con mi vida hasta el momento y a veces estoy en un punto crítico y es casi imposible pensar en cosas posiblemente bonitas en momentos como esos, pero igual lo hago porque es como una revisión necesaria para saber cómo voy. Podría comenzar por si he aprovechado las oportunidades y entonces me quejo y me pregunto pero cuáles oportunidades sino vi ninguna cuando pasé por allí o por allá y bueno, omito eso. Lo siguiente sería lo mucho que disfruté estar aquí, no en mi casa, ni en mi cama, sino aquí; no solamente existiendo sino también viviendo y sí, creo que sí disfruté mucho aunque los seres que el Señor me dio como hermanos digan en cada invitación a salir que soy un amargado y que me haría viejito rápido, no se me notó pero en mi soledad me emocioné tanto al recordar de nuevo lo que hicimos juntos.

Luego paso al amor y ahí ni hablo de lo cursi que es tener pareja, además ni siquiera en 21 años ha llegado quién conquiste este difícil corazón así que ni para qué mencionarlo. El otro amor; el fraternal con la familia y los amigos pues he sido todo un experto, no es como que esté abrazando y besando a todos pero hago mi mejor esfuerzo para repartir palabras y gestos bonitos y sinceros en los mensajes y las cartas, en las navidades lejos de casa, en las reuniones en casa de alguna de las vecinas, en las llamadas de corta duración pero que siempre va primero el ratito del chisme donde preguntas por todo lo que te haz perdido y luego a por lo que realmente se hizo la llamada. El amor es demasiado mágico y no sólo se demuestra en esas dos cosas conocidas como sexo y dinero, porque sí, en esas dos también se demuestra el amor pero depende de la intención, tu lo sabes, ustedes lo saben, creo que sobran mis palabras.

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