Lo observaba a distancia... no sabia su nombre ni su edad, mucho menos sus apellidos o el colegio en el que estudiaba....no sabía absolutamente nada de él.
Sin embargo algo en él captaba toda su atención, había algo en esa mirada, algo inexplicable, ese algo que solo esas dos personas muy en el fondo saben.
Ella sabia que no tenía oportunidad alguna con él, su timidez le impedía acercarse tan solo a preguntarle la hora.
Cada noche imaginaba una excusa para poder hablarle, también inventaba miles de historias a su lado, anhelaba conocerlo, hablarle y que algún día pudieran estar juntos.
Suena estúpido pensar que alguien esta destinado para uno, sin si quiera conocerlo, pensar que es esa persona la que va a compartir su vida con la nuestra si nunca se han dirigido ni un hola, si, suena bastante estúpido pero es verdad, ella pensaba así había algo en ella que le decía que su destino era caminar de la mano junto a él por la eternidad.
Ella no sabia que es el amor, nunca lo había sentido por nadie, era como un pez fuera del agua en el tema, pero a pesar de todo lo amaba.
Los días pasaban, las flores se marchitaban para dar paso a unas más lindas y aquel roble gigante en el centro del parque se envejecía con el tiempo; pero aún no cruzaban ni una palabra, solo miradas, ese tipo de miradas que ocultan sentimientos, que dicen más que mil de palabras.
Con el tiempo el deseo de saber su nombre, su edad, sus gustos y anhelos, las ganas de abrazarlo, tomar su mano y caminar por el parque, hablar día y noche, pasar tardes enteras riendo; crecían con más fuerza.
No se conocían, pero ella sentía que toda su vida había estado enamorada de él, como si en otra vida ya hubiesen estado juntos.
Su abuela siempre le dijo que todos nacimos enlazados con alguien por un tipo de hilo invisible, y es nuestro destino encontrar la persona con aquel extremo. Y estaba completamente convencida de qué él era su destino, su extremo, su otra mitad.
Quizá ella solo espera que el destino los junte en una oportunidad, que la vida misma se encargue de traer esa casualidad a su vida.
