Capitulo II

75 7 0
                                    

Había leído en el horóscopo, que ese nuevo año que iniciaba sería el "año de mi libertad." 

Inicie los estudios en Febrero, y fue muy difícil, al principio no hablaba con nadie, me encerraba en mi y me daba miedo el rechazo, así que prefería no acercame mucho.

Con el paso del tiempo fui tomando confianza y cariño con todos y se me hizo más fácil socializar y ser yo misma.

En el mes de Junio salimos a vacaciones de verano, fueron tres buenas semanas de descanso aunque solo tuve dos o tres oportunidades de verlo, unos cuantos cruces de miradas pero ni una sola palabra.

Luego de las vacaciones de verano entro un niño nuevo al colegio, los rumores decían que era alto, trigueño, delgado, cabello liso, ojos oscuros, usaba lentes de color negro y lo encontraban algo atractivo. Había entrado un grado más arriba del que yo me encontraba y aún no lo había visto aunque con las opiniones de los rumores que circulaban por todo el colegio se me hacia muy parecido a mi vecino "el amor de mi vida."

Dos semanas después de su llegada, por fin lo pude ver en una de las incomodas y estrechas filas de la cafetería cuando su mirada se cruzo con la mía y mi corazón dio un fuerte salto, pude sentir como por poco se sale de mi pecho; al verlo quede perpleja un poco emocionada, tal vez algo apenada, fueron tantas emociones juntas que es difícil describir solo una, era... era mi vecino "el amor de mi vida" sin duda alguna era él, tenía su misma mirada radiante y coqueta, sus mismas facciones, podía sentir su mismo aroma encantador, sin duda era él. 

Fue el cruce de miradas más largo que había ocurrido entre los dos, podía notar en sus ojos algo de confusión y reconocimiento, sabia que ya me había visto, pero no tenía claro el lugar. 

Esa misma noche llegue a mi casa y me encerré en mi habitación, mi pequeño lugar de fantasía, y empecé a inventar la manera de acercarme, alguna excusa estúpida con la cual poder preguntar su nombre y dirigirle la palabra por primera vez.

Pasaron varias semanas no tome la cuenta de ellas y aún ni un hola entre los dos, las miradas eran más frecuentes, los roces y coincidencias se daban más pero ninguno de los dos soltaba una palabra.

Fue hasta un día a la salida del colegio, cuando  volví a escuchar esa voz que habitaba en mi, "mi conciencia" y deje que guiara mi camino hasta casa; no sé si fue casualidad u obra del destino que me hizo tropezar con él mientras caminaba por la misma senda que yo dirigiéndose a su casa, aún recuerdo ese día y siento lo mismo como si fuera la primera vez, escucharlo decir -Hola, te conozco estudias conmigo y vives cerca a mi casa, cierto? - fue la sensación más emocionante que pude haber sentido.

Le conteste a su pregunta -Hola, si, te he visto un par de veces - con la voz y manos temblorosas, la mente en blanco y mi corazón palpitando a velocidad de la luz.

Seguimos en una breve conversación...

-Mucho gusto soy Thomas, siempre quise hablarte pero no era capaz

-Le dije mi nombre en un tono bajo y nervioso - Yo...yo tam...también -respondí  titubeando

-¿En que grado vas?- pregunto - te he visto un par de veces en los descansos y algunas en los pasillos.

-Voy en octavo, tu vas en undécimo, ¿verdad?- Yo... *hubo un pequeño silencio y nuestras miradas se cruzaron* ... yo... también te he visto un par de veces.

-Si es verdad, veo... que eres un poco tímida-

-Si... en eso no te equivocas soy bastante tímida-...

Continuamos con dos o tres preguntas y una que otra risa, hasta que llegamos, nos despedimos y me alejé poco a poco con una sonrisa que cruzaba todo mi rostro. Estuve esperando ese momento por mucho tiempo.

Unos días después me encontraba revisando mis redes sociales y vi su petición de amistad, la acepté inmediatamente, con la ilusión de algún día hablarle.

Esa fue la primer vez que hablamos y por un momento pensé que iba a ser la última.

Después de ese día las miradas se volvieron más constantes y largas, nos encontrábamos más seguido pero nunca pasaba del saludo y una que otra palabra.

Con el tiempo mis ilusiones se fueron apagando pero nunca desvanecieron aún sentía ese algo inexplicable que me decía que él es para mi.

Pensaba en él todo el tiempo, a cada instante y en cualquier lugar era lo único que no podía sacar de mi mente.

El año escolar finalizo, las vacaciones por fin llegaron y no volví a hablar con él.

En esos dos meses fui a quedarme con mi tía, quería alejarme de todo por un tiempo y no hay mejor lugar que ese, una casa grande, en un barrio tranquilo, una habitación para mi sola, 3 comidas al día, mi ropa limpia y todo sin mover un solo dedo.

Navidad y año nuevo fueron igual a los años anteriores, mi vida seguía igual de monótona y aburrida, con él en mis pensamientos todo el tiempo.

No sé en que creer ... pero me gusta la idea de que alguien en algún lugar del mundo esta hecho especial y únicamente para uno ...  desearía que él fuera esa persona para mi.

Something about usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora