Capítulo 4

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— ¿Debemos decirle la verdad a Don y Gilda? — hablo Rachel, últimamente lo hacia muy poco debido a que decía gastar sus palabras cuando le enseñaba a los demás a esconderse bien para que no los atraparan en las traes aunque esto era una clara mentira. — Concuerdo con Ray, no les creerán tan fácil.

Las explicaciones de Emma y Norman no hacían más que preocuparla, mentirles no serviría por mucho tiempo debido a que en algún momento la verdad se descubriría o algo peor, ellos harían que arriesguen si vida sin que siquiera lo sepan. Una cosa era saber la verdad e querer arriesgar tu vida antes que todo aquello pero otra cosa realmente diferente es esforzarte por una mentira que tapa la cruel realidad de manera que cuando te enteres de esta sea un duro golpe.

— Se la creyeron completamente… — aquel pensamiento fue el primero que paso por la cabeza de Rachel, aunque debía admitir que si se lo hubieran dicho de aquella forma a ella también hubiera confiado ciegamente en las palabras de Norman  e Emma, pero aquello no era el mayor de sus problemas de hecho era la solución a uno de ellos pero aun les faltaba averiguar quien era el espía. Era algo difícil de saber ya que todos los niños eran fieles a mamá, cualquiera podría haberlos traicionado incluso de manera inconsciente, y eso sólo lograba ponerla paranoica.

Bueno aunque también sentía la maldita sensación de que se estaba perdiendo algo, no entendía por que era la única que se sentía así o más bien por que nadie mencionaba demasiado sobre que cualquiera a su alrededor podría estar traicionándolos, ella se estaba volviendo más retraída pero parecía tan normal para todos que era difícil notarlo.

— Rachel, necesito decirte algo — cuando Norman le hablo esta se sintió… ¿Sorprendida? Nunca solía hablarle directamente a menos que sea durante los juegos con los demás niños, más bien ella nunca solía hablar demasiado con nadie que no fuera Ray, aunque tampoco era que hablara demasiado con Ray pero le gustaba estar con él ya que bueno era algo silencioso.

— Necesito que vigiles a Ray y Emma — aquella petición le sorprendió acaso sospechaba que ellos eran los traidores, eso no podía ser posible además si desconfiaba de ellos claramente también debería desconfiar de ella, no entendía esa petición era demasiado extraña incluso se hubiera negado pero no podía decepcionar a nadie.

— Ellos nunca nos traicionarían, además nada te asegura que yo no sea quien los traiciona a ustedes — hablo con seguridad Rachel aunque segundos después las dudas volvieron a su mente, tal vez aquello era una prueba, no estaba completamente segura de nada, bueno de nada excepto de que ella nunca sería capaz de traicionar a sus amigos.

— Somos lo único que tienes, no nos traicionarías de ninguna manera — las palabras de Norman eran ciertas, sin ellos Rachel no era nadie, después de todo ellos eran los únicos a los que apreciaba lo suficiente como para pensar que su vida no tendría mucho sentido si ellos no estuvieron allí.

— Vale, lo haré... — finalmente decidió rendirse, además seguramente sus amigos no estaban haciendo nada malo, no existía ninguna posibilidad de que le dieran información a mamá pero casi inmediatamente sus pensamientos se dirigieron al día en que se entero todo sobre aquel infierno. ¿Acaso Ray la había detenido a propósito en aquel momento?

The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora