Capítulo 11

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— No... ¡Puedes fingir que escapaste sin nosotros y esconderte!— Rachel estaba desesperada por salvar a su mejor amigo, no podían adelantar el escape por la pierna de Emma y se llevarían a Norman si no hacían nada.

— Si no me llevan a mi, se llevaran a alguno de ustedes.— con aquello el albino negó su idea, ya había hablado con Emma y Ray pero Rachel no parecía convencida por nada de lo que le dijera.

— Tiene que haber alguna forma, no puedes simplemente dejarnos... No puedes dejarme luego de que me esforzará tanto para poder ayudarte.— las palabras de Rachel eran ciertamente egoísta pero de alguna manera Norman comprendía lo que esta sentía puesto que sabía que la chica sólo seguía con todo aquello por su culpa. Ella se había metido en todo aquello desde un principio por su culpa, si tan solo no la hubiera dejado escuchar aquella terrible noticia sobre Connie ella seguiría siendo una chica feliz con esperanzas de algún día vivir como cualquier persona humana común.

— Lo siento mucho, no podre hacer tu sueño realidad.— se disculpo el albino a la vez que se sentaba en el suelo junto a la castaña intentando consolarla de alguna manera aunque no estaba teniendo el más mínimo éxito. — No podre llevarte a explorar el mundo ni podre casarme contigo.

Termino por decir recordando con claridad el sueño que la chica tenían cuando eran pequeños, le dolia no poderla ver cumplir ninguno de esos sueños pero si deseaba que ella siguiera adelante debería hacer aquel sacrificio. Rachel era la única en quien confiaba totalmente sobre cumplir sus deseos por lo tanto era la única que merecía la cruel verdad, no podía quitarle aquella esperanza a Emma o a Ray, no estaba seguro si ellos lo permitirían o soportarían saberlo pero si estaba completamente seguro de que Rachel seria fiel a su deseo siguiendo sus últimos consejos para guiarlos hacia la libertad.

— ¿Por qué me lo dices?— pregunto la joven intentando no largarse a llorar a lo que Norman simplemente le dedico una triste sonrisa antes de responderle.

— ¿Por qué no confiaría en la persona con la que quiero cumplir mis sueños?— y aquellas palabras bastaron para que la castaña rompiera en llanto de nuevo abrazándose a su mejor amigo, sin querer soltarlo... Sin querer dejarlo ir.

The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora