𝑋

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Hace una semana que la situación estaba calma, cosa que me resultaba extraña, más estando Venecia aquí. Cada tanto veía algún maltrato de parte de Woo hacia ella, pero no lograba obtener respuesta por parte de Venecia. Supongo que le importaba más su hijo que lo que Woo pudiera hacerle. No se iba a ir tan fácilmente.

Desde aquella noche, no he vuelto a acercarme a ella. La ultima noche, cuando intente besarle, vi a Woo entrar a su habitación y tenia sentido sus maltratos. Sabia que si estaba cerca de Venecia, era peor para ella. Aunque no voy a negar que cada día se me hacia más difícil no acercarme, tomarla por la cintura y besarle hasta desgastarnos los labios.

Pero, en este momento, Venecia se había vuelto en mi menor problema. Hace unos días Nam había vuelto, esta vez para malas noticias; el estado de mi madre había empeorado y los médicos hacían hasta lo imposible para mantenerla con vida. Y yo...yo no podía estar a su lado. Pero lo que más me dolió del proceso, es que no pude estar con ella cuando dio su último suspiro. Nam me llamo en el día de hoy, mi madre ya no estaba. Aparentemente falleció en la madrugada, no pudo soportarlo más. No puedo ver bien lo que escribo por mis lágrimas al hacerlo. Aparentemente lo último que menciono mi madre antes de fallecer fui mi nombre, o eso me dijo mi padre que, luego de casi dos años sin hablarnos, vino a visitarme.

Estoy colapsado de pensamientos, realmente no sé qué más hacer, ni por quien luchar. La única razón por la que continuaba era por la mujer que me dio todo en esta vida, ya nada tiene sentido para mí. Siquiera la imagen de Venecia puede sacarme de este profundo dolor.


...


Pude salir para el funeral. Todos estaban allí, todo BTS, años hacia sin saber de ellos, al que más veía era a NamJoon, que prometió jamás alejarse. Yoongi y Jimin vivían juntos, a ojos de todos eran amigos, solo nosotros sabemos la verdadera relación que los une. Con respecto a Jin, el se casó, con una chica de Japón que conocí en el funeral...realmente no me acuerdo su nombre, y siquiera me interesa saberlo. Hoseok luego de hacer el servicio militar comenzó una gira y se dio un tiempo para poder venir a verme y Tae...el no estaba. Creo que aun sigue enojado conmigo, y no lo culpo. Lo que le hice no tiene perdón.

Al regresar del funeral no me sentí ni mejor ni peor, se podría decir que no sentía nada en absoluto, más que la sensación de que me habían quitado algo, como un demonio que me quitaba el corazón con las garras dejándome vacío. Esa es la palabra exacta, vacío, así me sentía y me sentí durante todo el resto de los días.

¿Ahora, todo esto valía la pena? Esa pregunta surcaba mi mente cada día, en cada momento. Mi vidas se estaba transformando en una monotonía agonizante, era comer, dormir y llorar. A lo lejos sentía la mirada de Venecia, podría notar en su mirada sus dudas, estaba realmente dubitativa de si acercarse a mi o no y preguntarme o decirme algo. ¿Qué podría decirme? Seguro pensaría, si supiera lo bien que me haría escuchar su voz en esta agonía. A mi mente la calmaría tan dulce melodía.

Woo era el único ser que estaba constantemente conmigo, todo el tiempo hablándome, compadeciéndose, resaltándome a cada instante lo mal que se sentía por mi. Parece de esas personas que se regocijan en el dolor, que le encuentran lo romántico a las tragedias, como si la vida fuese un melodrama y ella la protagonista, incluso de las tragedias ajenas.

Ya no aguanto.

Ese era mi pensamiento constante por las noches mientras me retorcía de dolor y mis labios eran humedecidos por el agua salada que provenía de mis lagrimales. Era un dolor constante, punzante, como apuñaladas en todo el cuerpo; sentía, literalmente, que iba a morir de dolor. ¿Se puede morir de tristeza? No lo se, pero si seguía así lo iba a terminar comprobando.

Hace dos noches la situación empeoro. Tuve una de mis constantes citas con el terapeuta, lo sentía de igual forma que con Woo, que disfrutaba del dolor ajeno y lo volvía su propio drama, ¿Tanta atención necesitan estas personas? Pero esa tarde colapse. Yo creía que había superado mis cambios de personalidad, bipolaridad, la llaman los profesionales. Pero, este "pequeño" inconveniente en mi vida, como fue la muerte de mi madre (si, hacia la habían descrito a su muerte, INCONVENIENTE) fue un explosivo para mi personalidad. Agredí verbal y físicamente al terapeuta.

No me arrepentí y creo que aún no me arrepiento, me había cansado de comentarios fríos, estructurales sobre la muerte de mi madre. Era algo emocional, no algo para que le pongas un nombre científico, para tener tu patología. El único instante en el que me di cuenta de mi enorme error fue cuando vi a Venecia ingresar al salón y en su rostro pude ver el horror, su pecho se movía de manera estrepitosa y ese momento lo supe, me temía. Igual que ella, era como un circulo vicioso, era como si jamás se hubiese ido y seguía aquí, temiéndome.

Esta vez no pude zafarme de la penitencia y fui llevado directamente al edificio del fondo. La escuche a Venecia y al terapeuta rechazar la idea, pero la ultima palabra la tenia Yun. ¿Incluso el terapeuta? Cuando instantes antes lo había molido a golpes, pensé.

Finalmente conocí el edificio prohibido. Al ingresar pude notar una estructura callándose a pedazos, diferente a la principal que invertían dinerales en su manutención. 

La iluminación era tan precaria que le daba un aspecto lúgubre, aún más del que poseía. Me percate que todas las ventanas estaban o selladas o con barrotes, claramente era como una cárcel más que un sanatorio. De las paredes se desprendía un fuerte olor a moho y humedad, y en efecto la pintura se estaba descascarando.

Frente a mí había un simple mesa blanca con una computadora añeja y algunos archivos. Sentando frente al computador un enfermero con aspecto preocupante. Nos observó, no tenía expresión en su rostro ni emociones en su mirada. Ahí me pregunté cuanto horror habían visto esos ojos profundos, negros.

-Traemos uno para castigo.- Fueron las palabras de uno de los enfermeros que me sostenían, dirigidas al enfermero con alexitimia.

El susodicho nos guió hacia el ascensor a mi izquierda, que no había terminado de notar debido a la oscuridad. Una vez dentro de ese aparejo destartalado subimos unos cuantos pisos, conté 10 pero no estoy del todo seguro. Una vez en el piso nos guió hacia un enorme pasillo, podía ir escuchando gritos y llantos, quería asomarme por esas pequeñas ventanas y ver a esos locos, ¿Morbo? Puede ser, aunque estoy seguro que el enfermero a mi izquierda tampoco había estado aquí y le causaba la misma curiosidad que a mi, lo note en su mirada inquieta.

Finalmente me encerraron en una de las habitaciones más alejadas, si gritaba o lloraba nadie me escucharía. Si moría nadie lo sabría.

You never walk alone.-Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora