𝐼𝐼

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Tres años después.

Jamás superare lo de esa mañana, pero he aprendido a vivir con ello. Cada día es una nueva pelea contra el recuerdo y salir adelante.

Hay noches en las que las pesadillas no me dejan dormir y paso días de insomnio. El problema son las noches, la oscuridad, el sentirme sola, desprotegida. Desde aquella vez no he estado con ningún hombre, pero a su vez no tolero estar sola, necesito a mi madre siempre conmigo.

Y no solo a mi madre, pues también tengo a Federico, mi hijo. Si, fue producto del peor día de mi vida. El aborto no fue opción, más que nada porque temía no salir de aquel lugar, además de que es ilegal y debido a quien era mi violador, el caso se iba a alargar más de lo necesario. No tenía caso siquiera intentarlo.

A mi madre me costó más explicarle, le volví a mentir. Le dije que había peleado con él porque habíamos estado juntos y me dejó por otra mujer.

Federico, mi pequeño de ya 2 años. Ese pequeño de cabello dorado y sonrisa encantadora que se pasea por toda la casa con diferentes disfraces todos los días, es lo único que me mantiene fuerte y me hace olvidar por un momento los 3 trabajos que tengo, que vivo también de la jubilación de su abuela y que fui abusada por su propio padre. Al verlo siento que todo va a estar bien y todo tiene solución. Es la razón por la que me levantó todos los días, haya dormido o no para poder darle todo en esta vida.

You never walk alone.-Jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora