Transformers prime: Era decepticon

15. No me silenciaran

"¡Pudo haberla matado! ¡En ningún caso justifica que trata asi a su mascota!" Pensaba con furia la japonesa.

Yuki estaba en la bahía médica. Se hallaba atendiendo a sus dos amigos mientras se quejaba de como Megatron había dejado a su amiga. ¡Le había roto la pierna, por el amor de Primus!

Después de que Laila se fuera con Megatron, ella se había topado con Knock Out y Breakdown, quienes la llevaron de regreso -casi a rastras- hasta la zona médica. Ahí, se quedó alejada de sus compañeros. Estaba muy preocupada por como estarían sus amigos. En eso, Dreadwing y Arachnight aparecieron con sus amigos en manos. Se acercó apresurada y estos le dijeron que se sentían bastante mal y que habían pedido verla. Los coloco en dos camillas que había llevado ahí días atrás y comenzó a atenderlos tan rápido como pudo.

Un rato después, Knock Out la llamo diciéndole que Megatron estaba por regresar a Laila a su casa, pero que tal vez no le gustaría ver cómo había acabado la castaña. Tan pronto el deportivo le dijo aquello, salio corriendo hacia la sala de mando. ¿Qué rayos le había hecho Megatron a Laila? Su respuesta no tardo en venir, pues apenas cruzó la enorme puerta, se topó con su pequeña amiga cojeando hacia el portal terrestre con la ayuda de los tentáculos de Soundwave. No podía creer lo que estaba viendo.

En cuanto Laila se fue, entro con los puños cerrados y con su sangre hirviendo. Tal vez Megatron la aplastaría, tal vez la electrocutaría o algo peor. Pero eso no importaba. Nadie le hacía daño a su mejor amiga y salía sin al menos haber escuchado su muy cruda opinion.

— ¡Hey! — grito llamando la atención de todos. Se acercó más al líder decepticon y no paro hasta estar en un lugar frente a él en donde no le doliera el cuello por ver hacia arriba — ¡¿Qué rayos le hiciste a Laila?! ¡Es tu mascota! ¡No se lastiman a las mascotas!

—Laila se equivocó, y a las mascotas, hay que entrenarlas para que no vuelvan a equivocarse— le respondió sin siquiera girarse a verla. Aquello la molesto.

— ¡¿Acaso querías que se defendiera?! ¡Ni yo hubiera podido hacerlo! ¡Era un dragón horriblemente enorme contra una mascota que ni siquiera tiene armas como ustedes! ¡¿Cómo rayos esperabas que lo hiciera?!

Sus quejas se hubieran extendido mucho más. Pero una mano la tomo y elevo cientos de metros. Acto seguido, un bozal se deslizo por su rostro hasta adaptarse al contorno de su boca y sellarle los labios. Intento retirarlo, pero era imposible.

Ese maldito "coso" era lo que había ido a buscar. Había visto a sus dos cons construirlo cuando se suponía que ella estaba haciendo otras cosas. Su plan era tomarlo y hacerles creer que lo habían perdido, pero con todo el asunto del predacon y Laila se había olvidado de guardarlo en su mochila.

—Disculpe, Lord Megatron— hablo Knock Out. Lo podía escuchar nervioso —. Yuki solo está algo molesta. Pero, ya no le causara problemas.

—En vez de un bozal, sería mejor que le cortaran la lengua de una vez— murmuro el más alto, dándose la vuelta y encarándola con una sonrisa cínica.

Yuki consiguió zafar sus brazos y consiguió levantarle ambos dedos medios. No tenía miedo. Después de todo, dudaba de que Don Mal Humor conociera las señas ofensivas terrestres. Por otro lado, sus amigos metálicos sí que las reconocían. El deportivo rojo la aparto de la vista de su amo y se volvió a disculpar antes de irse rápidamente allí.

— ¡Diablos, Yukino! — Le grito su jefe antes de entregársela a Breakdown — ¿En serio hiciste eso? ¡Lord Megatron te hubiera aplastado si no te hubiéramos callado a tiempo! — se encogió de hombros y giro su rostro, demostrando que no le importaba.

— ¿Cómo puede valerte tan poco tu propia vida? — inquirió su amigo azul viéndola atentamente. Ella se limitó a bajar la mirada decaída y a recostarse en su mano. Ambos negaron antes de dejarla en el suelo —. Mejor pasea un poco para que te relajes. Luego regresaras a casa con tus amigos.