Finalmente

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Camino al escenario al escuchar mi nombre por el micrófono.
A punto de llorar recibí mi diploma.

Junto con Lady y compañeros esperamos el gran momento para tirar los birretes.
Mi ser se llena de emoción, una felicidad incomparable.

Y ví a mis padres con un gran peluche en sus manos, corrí hacia ellos y les dí un gran abrazo.

-Es precioso. _Dije abrazando el peluche.

-Pero más hermoso es lo que tiene amarrado en su cuello. _Dice papá.

Confundida, di vuelta al peluche y vi unas llaves...
-¿¡Qué!? ¿Bromean verdad? _Tomé las llaves y toqué para ver si sonaba algun claxon, pero no fue así.

-No es un carro Saita. Fíjate bien en las llaves.

Observé bien las llaves. Salté como loca, lo que no resultó bien porque me caí gracias a los tacones. Pero me levanté, me los quité y seguí saltando.

-¡Yo los amo! Ustedes.... ustedes son maravillosos. ¡¿Dónde esta?!

-En la casa, Sarah. _Dice mamá

-¿Y qué hacemos todavía aquí? ¡Vámonos!

Canté todo el camino a casa. Mi emoción es grandísima.

-Lady esta planeando hacer una fiesta en la playa. Otra compañera hará una en su casa...

-¿Por qué tantas fiestas? _Pregunta papá.

-Es de graduación papá... me vas a decir que en tus tiempos no hicieron fiestas.

-Bueno sí, pero no recuerdo casi ninguna de ellas.

-Tu papá siempre terminaba vomitando por todos lados. ¿Recuerdas la fiesta de Carlos López? Fue una de la mejores.

Mis padres se conocen desde jóvenes, cuando apenas tenian 12 y 14 años. Cuando era pequeña, amaba que me contaran como fue su juventud. ¡Eran tremendos!

Miro hacia una esquina de la calle y allí estaba... una hermosa, majestuosa ninja Kawasaki en color blanco y negro.
-Es enserio... ¡Los amo!

-Si la vas a usar, primero ve a cambiarte. Dañarás la toga.

Mi mamá y sus cosas...
Subo a mi cuarto. Me pongo unos shorts, zapatillas y un suéter cualquiera.

-¿Qué les hizo comprarme una moto?

-Vimos que te gustaron las motos la vez que fuimos al centro comercial. Y la vez que montaste la moto del papá de Lady.

-¿Para dónde vas así vestida señorita? _Dice mamá al verme.

-¡Ay mamá por favor! El pantalón no está tan corto, y el suéter...pues... ¡Mamá! Diosito me dio este cuerpazo para lucirlo, además, tengo que lucir mi abdomen, tengo que aprovechar ahora que no tengo estrias ni berrugas...

Salgo de casa antes que mamá me diga otro "pero..."
La vez pasada le pregunté si me podía hacer un tatuaje, y me gritó horrible, pero lo que ella no sabía es que ya me lo había hecho... ¡casi me entierra viva!

Me voy andar en la moto. Con solo escuchar el sonido hermoso que hace, se me eriza la piel.
Me siento como esas mujeres que salen en las películas super sexys en motos... Bueno, espero que en realidad me vea así.

Paso por una heladería que acaban de inaugurar cerca de casa. Aunque no solo venden helado, tambien comida chatarra como hamburguesas, hot dogs y esa clase de cosas. Aunque más bien creo que no es heladería.

Compro un helado, hamburguesa, papitas y una soda. Creo que este lugar cerca de casa es muy tentativo, comer todos los días esto, acabaré como barril.

Unas chicas llegan al lugar relajeando entre ellas. Una de ellas choca a una niña que pasa justo al lado de ellas, ésta cae al piso derramando toda su soda encima. La chica nisiquiera es capaz de ayudar a la niña que esta frente a mí tirada en el piso con casi toda su ropa mojada.

-Jóven, acaba de chocar con la niña e hizo que derramara su soda, almenos una disculpa estuviera bien. _Me levanto y me dirijo a la chica un poco molesta.

-Ella cayó sola. _Fue la única estúpida respuesta.

La ignoro completamente y ayudo a la niña a levantarse.

-¿Estas bien? _Me afirmó con el movimiento de su cabezita.

-¿Con quién estas? _Me señala a una mujer de espaldas que habla por teléfono.

-Ven para secarte un poco. _La niña se acerca y le ayudo a limpiarse con las servilletas que tengo.

-Ya que se derramó tu soda, toma la mía. _La niña me sonríe y me agradece con un gracias super tierno.

Continuo comiendo, pero la hamburguesa se me queda por medio camino del tubo digestivo, y toca comprar otra soda.

De repente, la pequeña niña llega y se sienta en la silla de enfrente.

-¿Estas solita? _Dice con esa vosecita adorable.

-Ahora estoy contigo. _Le sonrío.

-Yo estoy con Susan esperando a mi papá.

-¿Susan? ¿Tu mamá?

-No, Susan es la que me cuida.

-¿Y tú cómo te llamas?

-Elissa. ¿Tú?

-¡Qué hermoso nombre! Yo soy Sarah.

-¿Tienes hijos?

-¡No! _Me río a carcajadas. Todavía no quiero tener hijos.

-¡Papá! _Grita la niña de repente y sale corriendo.

Yo sigo riendo. No había visto una niña hablar tanto.
Me termino las papitas, pero falta la mitad de la hamburguesa y el helado completo que lo pedí para último. Y ya me estoy llenando.

La niña vuelve.

-¿Y dejaste a tu papá solo?

-Él esta haciendo la fila para comprar. Ahí viene.

Tú Eres Más que Mi Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora